BARCELONA. Rajoy, ayer en la popular Santa María del Mar. / EFE
ESPAÑA

Rajoy promete que, si gana, cuatro de cada diez españoles no pagarán el IRPF

El Partido Popular considera que estas elecciones se disputarán sobre todo en el terreno de la economía El candidato a La Moncloa reitera su compromiso de aplicar una rebaja adicional impositiva a las mujeres

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El presidente del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, se comprometió a rebajar el IRPF un 16% de media en caso de que acceda al Gobierno y dijo que excluirá de su pago a las rentas del trabajo inferiores a los 16.000 euros anuales. El candidato del partido opositor a La Moncloa prometió que cuatro de cada diez contribuyentes quedarán exentos del impuesto sobre la Renta lo que, según sus cálculos, significa que 18 millones de personas dejarán de pagarlo.

El líder del PP presentó ayer viernes en Barcelona el diseño completo de la reforma fiscal que se propone aplicar si llega al poder y lo hizo rodeado del que será su equipo económico en el Gobierno: Manuel Pizarro, Juan Costa, Cristóbal Montoro y Miguel Arias Cañete.

El partido opositor quiere dar la máxima relevancia a su reciente fichaje y candidato número dos de la lista por Madrid y este viernes ya formalizó su oferta al PSOE para organizar un cara a cara entre Pizarro y Pedro Solbes en la televisión autonómica madrileña. Fuentes del equipo electoral popular argumentan que ésta es la cadena pública de la circunscripción por la que ambos se presentan a las elecciones pero adelantan que están abiertos a la negociación sobre otras opciones. El PP admite que dejó en suspenso un debate en radio, comprometido desde hace tiempo, con la intención de que los cara a cara entre los puntales económicos de los dos grandes partidos se celebren ante las cámaras de televisión antes de que dé comienzo la campaña electoral.

Tres tramos

El primer partido de la oposición cree que estas elecciones se disputarán en el terreno de la economía y, tras la reciente conmoción en los mercados de valores, se proponen llevar la iniciativa en este terreno con la presentación de sus ofertas políticas. En la capital catalanas, Rajoy explicó que su reforma fiscal está pensada para beneficiar sobre todo a trabajadores, mujeres y pensionistas y dijo que será la más ambiciosa que «ninguna fuerza política haya preparado desde 1977».

El candidato explicó que la nueva tarifa del IRPF, estará dividida en tres tramos y tres tipos marginales (20%, 30% y 40%,) en lugar de los cuatro actuales (24%, 28%, 37% y 43%), con lo que prevé recaudar en el primer año en que entre en vigor una cantidad similar a la del ejercicio anterior, que luego estima que crecerá al ritmo del 10% anual. Prometió aumentar la base de cálculo de los mínimos familiares en «al menos un 40%». Esto supone un incremento de los incentivos fiscales por familia en torno al 20%, algo que jugará a favor de 7'1 millones de familias con hijos. Rajoy, que, en las últimas semanas ya ha lanzado diversas propuestas en materia fiscal, reprochó al actual Gobierno «equivocar las prioridades» y no prestar suficiente atención a la economía.

Mariano Rajoy reiteró su promesa de aplicar una rebaja adicional a las mujeres y dijo que simplificará las obligaciones fiscales para trabajadores y pensionistas. A tal fin, pedirá a la Agencia Tributaria un nuevo sistema para que la «gran mayoría de los trabajadores» deje de hacer la declaración de la renta.

El líder del PP estimó que el nuevo IRPF supondrá una reducción efectiva del impuesto a todos los contribuyentes, de manera que ninguno pagará un tipo impositivo mayor al que hoy se le aplica. Según sus cálculos, un trabajador que gane 22.000 euros al año se ahorrará con el nuevo impuesto alrededor de 850 euros. En el caso de una pareja con dos hijos y unos ingresos totales de 45.000 euros anuales, el ahorro estará cerca de los 3.000 euros.

Para dar mayor credibilidad a sus promesas, Rajoy recordó las rebajas fiscales que acometió el PP tras las elecciones de 1996 y dijo que la suya también es «una reforma posible» que no pretende lograr sino «un marco de estabilidad presupuestaria» en un momento en que el panorama mundial está marcado por «un problema grave de liquidez y de acceso al crédito, incertidumbre y miedo al futuro».