
Romney recolecta el voto de los mormones mientras sus rivales se disputan Carolina
Thompson se verá abocado a arrojar la toalla si no consigue su primera victoria en el estado confederado
Actualizado: GuardarLos analistas políticos arquearon las cejas al saber que Mitt Romney retiraba sus anuncios de las televisiones de Carolina del Sur y abandonaba la joya de la corona republicana para centrarse en Nevada, pero el fundador de empresas de capital de riesgo sabe lo que hace. En el corredor mormón de Las Vegas sacó ayer una nueva victoria que sumar a Michigan y Wyoming, mientras que en el estado sureño estaba condenado a ser el gran perdedor.
Ningún otro candidato republicano se encontraba ayer en Nevada para colgarse esa medalla, y algunos ni siquiera han pasado por el estado como Mike Huckabee. El predicador baptista necesita arengar a sus fieles para dar la batalla al senador de Arizona John McCain, que ganase New Hampshire. A los dos les pisa los talones Fred Thompson, el fiscal de la serie de televisión Ley y Orden, que todavía no ha conseguido apuntarse ninguna victoria en esta eliminatoria. De hecho, hoy podría ser el primer gran candidato en retirarse, porque si ayer no conseguía movilizar a sus vecinos gracias a su acento sureño, fuentes de su campaña han filtrado que estarán listos para tirar la toalla.
El que no esperaba nada era Rudy Giuliani, el ex alcalde de Nueva York que lleva un año haciendo campaña en Florida, convencido de que si gana ese estado el próximo día 29 tendrá aura suficiente como para barrerlos a todos en el Supermartes del 5 de febrero, cuando más de veinte estados jueguen a la vez. Su estrategia es sin duda la más estrambótica de la campaña, pero no imposible. Dos cosas permiten mantener la esperanza. Por un lado, nunca antes han votado tantos estados a la vez en el Supermartes, donde esta vez se repartirán la mitad de los delegados necesarios para la nominación, por lo que técnicamente es posible que Giuliani, que apenas obtuvo un 3% en las últimas primarias republicanas de Michigan, todavía pueda alzarse con la nominación. Además, hasta que se conozca el resultado de ayer en Carolina del Sur, sus tres principales rivales se habrán repartido cada uno las tres victorias importantes de Iowa, New Hampshire y Michigan, por lo que la batalla seguía abierta. Sin embargo, la tradición dice que quien gane Carolina del Sur ganará la nominación del Partido Republicano. Al menos así ha sido siempre desde 1980. Ahí donde irrumpen las polémicas sobre la bandera confederada, donde aún se mira con desconfianza a los yankees del norte y donde el Ku Klux Klan no es sólo un fantasma del pasado, ponían ayer los candidatos toda la carne en el asador.
Huckabee pelea en casa
Huckabee necesita el apoyo de los sureños para vencer las reticencias que su pasado de predicador evangelista despierta en otras partes del país, así que no ha dudado en explotar su origen. El ex gobernador de Arkansas reavivó la víspera de las primarias la polémica sobre la bandera confederada, que en Carolina del Sur fue obligada a dejar el puesto de honor del Capitolio. «En Arkansas, si alguien viniera de fuera a decirnos dónde poner nuestra bandera, le diríamos qué tiene que hacer con el palo», dijo el pastor. Un desliz sobre la bandera confederada le costó a McCain la nominación republicana frente a George W. Bush en 2000, y probablemente la presidencia. Para el senador de 71 años que ayer llevaba una ligera ventaja en las encuestas, ésta puede ser su última oportunidad de aspirar a la Casa Blanca.