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Los republicanos se vuelcan en Carolina en busca del voto negro

Los conservadores tienen hoy una doble cita en Nevada y el estado sureño, donde McCain parte con ventaja en las encuestas

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Los aspirantes republicanos a la Casa Blanca parecen más centrados en Carolina del Sur que en Nevada. En el estado semidesértico no han echado toda la carne en el asador, porque no se prevén cambios en la carrera electoral. Las cosas inicialmente pintan mejor para el ex gobernador de Massachussetts, Mitt Romney, quien podría hacerse con el 25% de los votos y sumar así una nueva victoria a la ya conseguida en Michigan.

El senador de Arizona, John McCain, figura el segundo en los sondeos, con un porcentaje del 20%, mientras que el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee les sigue con un 12% y Rudolh Giuliani, ex alcalde de Nueva York, con un 11%. Al ex senador y actor Fred Thompson los sondeos le dan un 10%, mientras que al congresista Ron Paul, le conceden en torno a un 7%.

Donde los conservadores libran una batalla más reñida es en Carolina del Sur, el estado donde, también hoy, se celebran primarias. Las elecciones en este estado, sin llegar a tener la relevancia que han tenido a nivel nacional los caucus de Iowa y las primarias de New Hampshire, son consideradas importantes por los observadores, ya que se trata de la primera vez que se pronuncia el sur de los Estados Unidos, una región con características muy especiales. Tradicionalmente, el voto negro, por un lado, y el de la derecha cristiana, por otro, han marcado diferencias notables con el resto del país. Las encuestas indican que la contienda conservadora la podría ganar John McCain, a quien le otorgan un voto estimado de en torno al 28%, seguido del ex pastor protestante y ex gobernador de Arkansas, Huckabee, que estos días está volcado en subrayar sus credenciales conservadoras y suristas.

En este sentido, no ha dudado, por ejemplo, en retomar la cuestión de la bandera de la Confederación, venerada en el sur, para captar la simpatía de los votantes. Reconoció que a los del sur no les gusta que les digan lo que hay que hacer con su enseña y agregó que, después de todo, «éste es un asunto que no le incumbe al presidente de Estados Unidos». Asimismo comparó el aborto con la esclavitud y rechazó que sea cada estado el que decida sobre la interrupción del embarazo.