A Pepe Castaño

Quisiera comenzar mi carta recordando aquellas palabras del poeta donde dice: «Caminante son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar...».

A mi juicio vivimos una época dirigida por los comportamientos insolidarios que todo lo deforma y desvirtúa con su poder omnímido. Actualmente hay dos clases de humanidades, la cobarde y reaccionaria que marcha encorvada hacia el infinito más injusto, y la humanidad que se levanta para escalar a pesar de tantos impedimentos, la cúspide más alta con el objetivo de poder conquistar la cima de la justicia social.

En el cruel contexto de Globalización donde desgraciadamente este irracional sistema nos tiene inmersos, hoy más que nunca, hay que descubrir ese fariseismo humano basado en el soterramiento de la moral, camuflada y ocultada en feroces actitudes de traiciones permanentes y que como consecuencia de sus carencias y falta de sensibilidad y humana este fariseismo, que tú perfectamente conoces sabe que son capaces de imponernosla más vil de las depredaciones. Por tal razón esta querida ciudad nuestra necesita personas con conciencias abnegadas como la tuya para sacar de la barbarie a la sociedad pasiva, hay que posicionarse en pro o en contra de la Solidaridad por la Solidaridad están todos los seres libres contra ellas, todas las actitudes excluyentes y totalitarias.

Siempre he pensado que no hay en verdad «clases» en la humanidad. Las sociedades jerarquizadas y «etiquetadas» son falsas. Existen personas que están por la equidad y personas en contra de la misma. tal es la única distensión que importa establecer en el campo social.

Amigo Pepe: El pensamiento que tu solidaridad ha metamorfoseado concibe la justicia ampliamente y rechaza ortopedas ruines que mutilan la existencia humanista. La sociedad que no piensa en la problemática social se embrutece en los placeres inferiores del egoísmo material: es diferente a la sociedad que crea su vida y su conciencia, siendo ambas dos mundos inconciliables.

Enhorabuena por tu premio: A galopar, a galopar... Dice la canción popular. Siempre adelante, nunca te desanimes, siempre estaremos contigo, ten resistencia y esperanza, tú eres nuestro Crisol solidario, puedes tener el pleno convencimiento que entre todos conseguiremos conquistar en un alba muy cercano auroras de libertades que conquisten parcelas de justicias sociales para todos los desposeídos.

Finalizo mi misiva con las savias palabra de Don Quijote cuando decía: «La libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse todos los tesoros que encierra la tierra ni el mar encumbre; por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres».

Francisco Flores Prieto. Jerez