Nuevo traspiés de las bolsas, que ignoran los mensajes optimistas sobre EE UU

Las bolsas europeas sufrieron un nuevo traspiés, y vivieron ayer una jornada de gran volatilidad. Los mensajes lanzados por autoridades bancarias y analistas no sirvieron para tranquilizar los ánimos de los inversores, muy preocupados por el pesimista clima económico que se vive en Estados Unidos. Los peores augurios sugieren que la economía norteamericana podría sufrir una recesión -caída del Producto Interior Bruto dos trimestres consecutivos- que podría darse, incluso, de forma simultánea con inflación.

Los parqués españoles sumaron otra inquietud. La sospecha de que pueda aplicarse un gravamen sobre el valor catastral de los terrenos en que se asientan los parques eólicos -que podrían quedar excluidos del régimen especial del que disfrutan en el Impuesto de Bienes Inmuebles-, provocó el desplome de las empresas vinculadas a esta energía renovable. Aunque las cantidades a abonar no serían muy elevadas, la inseguridad jurídica penalizó las acciones de las compañías relacionadas con estas energías renovables. La buena noticia de la jornada fue el abaratamiento del petróleo, que llegó a caer por debajo de los 90 dólares el barril, consecuencia de la previsible reducción de los consumos y el incremento de las existencias. También se frenó en seco la escalada del euro. En un ambiente extremadamente sensible, los mercados de divisas reaccionaron a las declaraciones de uno de los miembros del consejo del Banco Central Europeo, quien advirtió sobre los riesgos de desaceleración económica. Sus palabras fueron interpretadas en clave de relajación monetaria como un anticipo de futuras rebajas de tipos.

En las bolsas españolas, el Ibex-35 cedió un 0,92% y perdió la referencia de los 13.900 puntos para quedar en 13.817 unidades. Cayeron todos los grandes valores, en particular los bancos -Sabadell se dejó el 2,23%, Popular el 1,35%, Santander el 1,15%, el BBVA el 0,54% y Bankinter el 0,46%-.