EN ROJO. Semáforos y luces en rojo se han puesto de acuerdo para alertar del anuncio. / REUTERS
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El tamaño de Beckham

Un enorme anuncio publicitario protagonizado por el futbolista británico en calzoncillos enoja a los milaneses

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Aún en paños menores, el futbolista David Beckham es un hombre grande si se considera el tamaño que alcanza el póster de Armani que protagoniza en el centro de Milán. Tampoco podía ser pequeño, porque muchos se empeñan en dar a este adjetivo el significado de pobre, y el futbolista no lo es. Así que en mayúsculo se ha quedado, tanto como el enojo de muchos milaneses que siguen sin convencerse de que, con excepción de la intimidad del hogar el sitio donde más luzca el físico tenga que ser una de sus transitadas vías.

Se le puede ver el lado bueno: imposible equivocar el modelo de calzoncillos que lleva el jugador a la hora de comprarlos porque hasta desde el asiento de atrás se ven las costuras. Se le puede ver el lado malo: sube la temperatura en la capital lombarda que atravesaba un gélido invierno y ya tenemos bastante con el calentamiento global. Se le puede ver el lado perverso: en la era de la carne recauchutada, algunos milaneses aventuran que a Beckham le han sometido a una corrección anatómica, una especie de zoom. Y se le puede ver el lado divertido: con todos los que somos, no es fácil buscar rasgos diferenciales ni acertar con las medidas, lo que para unos es un exceso, para otros se quedará corto.

Sobrado está Beckham. En números, pues el futbolista británico firmó un contrato de 28 millones de euros con Armani para ser modelo de una gama de calzoncillos de la firma durante los próximos tres años. El jugador británico y el diseñador Giorgio Armani, que nació hace 73 años en Piacenza, un pueblecito cercano a Milán, son amigos y en varias ocasiones se les ha visto juntos acudiendo a diversos actos sociales. Para la foto de los calzoncillos abultados, Beckham se dejó llevar por los expertos. Se tumbó en una cama, miró a cámara y marcó pectorales y abdominales, o se marcaron solos, porque si se comió la hamburguesa whopper xxl de las ochocientas y pico calorías no se le iba a notar.

En 2004 fue noticia que un paparazzi pilló a Beckham en calzoncillos cuando al futbolista se le ocurrió asomarse a la terraza del hotel de Lisboa donde se alojaba la selección inglesa, concentrada para un encuentro. La cámara dejó constancia del cuerpo que gastaba entonces el ídolo británico, quien por toda vestimenta llevaba sleep blanco de marca desconocida y gafas negras. La tórrida imagen dio la vuelta al mundo. Las hemerotecas están también para eso, para buscar y comparar cómo le ha sentado a David Beckham el paso del tiempo.