JUNTOS. Uno de los momentos especiales de la noche fue el dueto de 'Enamorada'.
Cultura

Magia convertida en canción

Malú y David DeMaría ofrecieron una noche llena de sorpresas a un auditorio totalmente entregado

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No tenían más de once o doce años y aunque en el Palacio Municipal de Deportes de Jerez hacía bastante frío, el grupo de cinco chicas acabó finalmente en manga corta y con el rostro encendido. Como si tuvieran un muelle adosado a sus bailarinas y botas a la última moda, las chicas no pararon de saltar, gritar y cantar durante las más de tres horas que duró el concierto de David DeMaría y Malú el pasado sábado. Y como ellas, otras muchas y muchos -y no sólo adolescentes- disfrutaron de un recital lleno de sorpresas que sirvió de reencuentro de estos dos jóvenes artistas con el público jerezano, ávido de espectáculos musicales en directo.

Malú fue la primera en saltar al escenario en esta ocasión, cediendo el privilegio de cerrar el concierto a su compañero de cartel, que volvía a casa. Lo hizo puntualmente, mientras los rezagados todavía accedían al recinto o buscaban un sitio desde el que se divisara el escenario sin demasiados obstáculos. La cantante madrileña -aunque de origen gaditano- derrochó voz, sentimientos y energía ante un auditorio que se sabía de memoria las canciones nuevas, las antiguas y sus éxitos más sonados. Como no podía ser de otra manera, no faltaron temas emblemáticos de la joven como Aprendiz o Dile.

Una hora y media estuvo la madrileña en el escenario, mientras en la pista y en las gradas, el que menos, se bamboleaba al ritmo de la música. Era imposible no contagiarse viendo a Malú moverse de un lado para otro, dar vertiginosos giros, levantar los brazos, arrodillarse, animar a tocar las palmas y dominar su larga cabellera mientras que demostraba que es una artista de los pies a la cabeza.

En una nube

Pero lo mejor estaba por llegar. David DeMaría no escatimó esfuerzos frente a su público y parecía estar como en una nube: «Creo que es una noche soñada durante toda mi carrera, poder bautizarme definitivamente en mi tierra», confesó el jerezano con emoción. La respuesta de nuestras cinco chicas a la aparición de David DeMaría no podía ser otra: «¿Te quiero! ¿Guapoooo!». Y otra vez a saltar y gritar mientras se abrazaban entre ellas.

DeMaría ya salió al escenario especialmente emocionado y se fue creciendo a lo largo del concierto. Las sorpresas no se hicieron esperar y la primera fue el dueto con Malú del tema Enamorada, para el que el respetable guardó un contenido silencio. A los pocos minutos, el cantante presentó al primero de los artistas invitados: el onubense Manuel Carrasco con el que interpretó Cada vez que estoy sin ti. También hubo tiempo para Pétalos marchitos, Barcos de papel, Sin miedo a perder, El perfume de la soledad y Precisamente ahora. Una rosa y hasta la corbata lanzó al público el cantante que no sabía cómo demostrar aún más que estaba encantado y feliz por reencontrarse con Jerez. En una de las últimas canciones, cuando el grupo de cinco chicas seguía saltando a pesar de no tener ya fuerzas para hacerlo, DeMaría enarboló una enorme bandera de Jerez y acabó abrazándose con ella: «¿Viva mi tierra!», gritó.

Cuando se acercaba el final era inevitable echarse un bailecito por bulerías. Y el cantante no se resistió a hacerlo con uno de sus grandes amigos, el bailaor Antonio El Pipa, que no hay siquiera que mencionar que dio una lección de arte en sólo unos pasos.

Al salir del recinto, las cinco adolescentes se pusieron los jerséis y el abrigo pero, a pesar de la bajísima temperatura, no tenían frío. Llevaban a David y a Malú en sus mejillas encendidas.

vmontero@lavozdigital.es