PREPARACIÓN. Rajoy presidió ayer la reunión del comité de dirección del partido. / ERNESTO AGUDO
ESPAÑA

Rajoy promete que no hará tabla rasa del mandato de Zapatero si llega a la Moncloa

El líder popular determinará, en cada caso, qué leyes derogará y cuáles no Guarda silencio sobre las reformas más polémicas de la legislatura

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Mariano Rajoy no hará tabla rasa de la legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero y no revisará, con carácter general, el mandato del Gobierno socialista si gana las elecciones, según anunció ayer cuando el PP ha dado ya el pistoletazo de salida de la precampaña electoral. Aunque el líder popular anunció que una profunda reforma de la educación será inevitable, descartó la anulación de las leyes más polémicas de la actual legislatura y dijo que decidirá, en cada caso, qué conviene derogar y qué normas seguirán vigentes con el PP en el poder.

El candidato del partido opositor a las elecciones de marzo emuló a su predecesor, José María Aznar, cuando, en vísperas de los comicios de 1996, anunció que no «levantaría las alfombras» cuando llegara a La Moncloa. Ayer, en declaraciones a la cadena Cope, Rajoy recordó aquella actitud del PP en su primer mandato y la contrastó con la que, en su opinión, sostuvo Zapatero al llegar al poder en 2004. «En el 96 nosotros decidimos mirar al futuro», comentó y acusó al actual Gobierno socialista de haber «liquidado todo lo hecho» durante los mandatos de Aznar. El PP no olvida que, tras ganar en marzo de 2004, el PSOE dejó sin efecto el trasvase previsto en el Plan Hidrológico Nacional, derogó la reforma educativa y los últimos cambios de la legislación de extranjería.

Ambigüedad

Ahora, Rajoy adelanta que su comportamiento será distinto y asegura que «no me gustará ir al gobierno a revisar todo lo que se ha hecho». Explicó que, por el contrario, mantendrá una actitud de «prudencia» a la hora de decidir las reformas. «Habrá algunas cosas, sin duda, que habrá que deshacer pero otras no», comentó y apostó por «ponderar», en cada caso, si es conveniente anular leyes en vigor o si, por el contrario, «se hace más daño al suprimirlas».

El líder del PP hizo estas declaraciones en respuesta a una pregunta sobre la Ley de Memoria Histórica y cuáles serán sus perspectivas de futuro con un hipotético gobierno popular. El candidato dijo que no ha tomado todavía una decisión sobre si derogará o no esta norma y recordó la posición de su partido en contra de esta iniciativa impulsada por el Gobierno de Zapatero. «No sirve para nada», dijo y señaló que habría preferido que no se hubiera aprobado. Esta ambigüedad calculada del líder de la oposición sobre el futuro de las leyes más polémicas de la legislatura que concluye es una constante en su discurso electoral a medida que se acercan las votaciones.

Vivir de la inercia

La dirección popular no secundó la reciente protesta de la jerarquía de la Iglesia Católica y se niega a dar un paso más en contra de las medidas que rechaza la Conferencia Episcopal y que el partido opositor ya votó en contra en su tramitación parlamentaria. Éste es el caso del matrimonio entre homosexuales, el divorcio express, o la Ley de Memoria Histórica. En su discurso electoral, Rajoy centra todas sus críticas en las actuaciones de Rodríguez Zapatero en política autonómica y en la negociación con ETA, además de responsabilizar a su Gobierno de la crisis económica por su «tancredismo» y haber vivido «de la herencia y la inercia».

La contrarreforma educativa es la única que incluyó Rajoy en sus planes y anunció que si gana las elecciones aprobará una nueva legislación que supondrá la derogación de la LOGSE.