PAN Y CIRCO

Año nuevo...

Año nuevo, vida nueva. Todos los años la misma historia; todos comenzamos el año con propósito de cambio en nuestra vida y sólo suele durar tres días. Al Cádiz, menos, le duró doce segundos.

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Da la impresión, desde fuera, que el Cádiz está sumergido en un intento de cambio radical, pero que nadie sabe -pues nadie nos lo ha explicado- hacia qué dirección va encaminado dicho cambio. Supuestamente, se esperaba con cierta necesidad la apertura del mercado de invierno para reforzar el equipo. Y no me pueden negar que el concepto reforzar, en el Cádiz por lo menos, es un poco extraño. Pues si vender, o soltar, a dos de nuestros mejores futbolistas es reforzar ¿Qué es debilitar? La excusa es que uno, Pavoni, ha terminado un ciclo, y que Lobos ingresa un dinero vital para el club. Vale, muy bien, pero no se entiende. Más aún al ver los nombres de los posibles sustitutos: Congo, que no es que no haya acabado un ciclo, sino cinco o seis. Y los demás son jugadores suplentes en equipos que están en la cola de Primera División. Raro es, pues si son buenos ¿cómo es que no están jugando? Y más en esas plantillas. No se sabe hacía dónde va el cambio. Y si el dinero que se ha sacado por Lucas Lobos era vital para el club ¿en qué se lo van a gastar ahora? ¿En fichajes? No creo. Y si fuera así, ¿dónde van a conseguir un futbolista como este ahora? A lo mejor nos dan un sorpresón y han encontrado un súper crack que no ha visto ningún ojeador de ningún equipo del mundo y que nos va a salir gratis. Como ser, puede ser, pero yo lo dudo. A lo mejor son apreciaciones mías, y como soy un mal pensado todo lo veo negro. Pero eso de que tenemos que ser una piña no es lógico, cuando afición y club tienen dos formas de ver esto de manera muy diferente. La afición sólo sueña con un ascenso, que se me antoja muy difícil, y el club o sus dueños sólo piensan... en lo que siempre han pensado. Año nuevo, vicios viejos.