ESPAÑA

La inteligencia rusa abortó tres operaciones del CNI por la traición del espía Flórez

Los servicios de inteligencia rusos desbarataron tres operaciones del CNI en territorio de la Federación Rusa gracias a la información que vendió a sus autoridades el espía Roberto Flórez, en la actualidad encarcelado y acusado de los delitos de traición y revelación de secretos. La eficacia extrema de los rusos frente a los agentes españoles desplegados en ese país fueron los «indicios» que hicieron sospechar en la primavera de 2005 al director del CNI de que tenía un traidor en 'la casa'. Los tres operativos neutralizados por los servicios secretos rusos -el FSB y el GRU- iban dirigidos a la captación de nuevos informadores y colaboradores locales, explicaron fuentes del CNI.

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Cada vez que agentes españoles en Moscú ponían en marcha actuaciones para ampliar su red de complicidades, se encontraban con que sus colegas rusos se habían adelantado y echado por tierra sus planes. A la tercera, los responsables del centro concluyeron que «algo pasaba» y decidieron investigar.

La investigación duró dos años y fue conducida por un equipo formado ex profeso para este cometido. No fue difícil para los investigadores llegar hasta Roberto Flórez, quien fue detenido el pasado 23 de julio en Tenerife, y que, según las fuentes consultadas, actuó de forma imprudente al dejar constancia de todos los pasos de su traición mediante documentos y notas.

Tras el arresto del ex agente, el CNI halló en su casa una copia de una carta fechada en 2001 y dirigida a los servicios de inteligencia rusos, en la que les ofrecía información clasificada a cambio de 200.000 dólares. El detenido se encuentra desde agosto pasado en Alcalá-Meco a la espera de juicio.

Pena

En el CNI no tienen previsto personarse en el juicio como acusación ni a través de testigos, y confían en que sus intereses sean defendidos por un abogado del Estado. Consideran que las pruebas recabadas contra Flórez son aplastantes, y que será condenado por traición a una pena de entre seis y doce años, y por revelación de secretos a entre uno y cuatro años. La polémica decisión del Gobierno de dar a conocer todo lo ocurrido, enfadó mucho a los rusos. Según las fuentes, el embajador de la Federación Rusa en España llamó en persona al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para protestar por haber aireado asuntos relacionados con actividades de espionaje.