Contraportada

Quiñones El poeta del Mentidero

Al igual que sin escritura no hay historia, sin compás muere la copla. Coplas que cada febrero se mantienen vivas gracias a la labor de los autores de Carnaval. Nacido en la calle Bendición de Dios hace cincuenta y siete años, Joaquín Quiñones es hoy día uno de los letristas más relevantes de la fiesta y su comparsa es una de las más esperadas cuando empieza el concurso.

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Desde que empezó su trayectoria en el año 1971 con Los Cenacheros, ha participado en más de una treintena de agrupaciones como autor de letra consiguiendo en cinco ocasiones el primer premio de comparsas (Los Dioses del Olimpo, Suspiros de Cai, Charrúas, La Cárcel Vieja y La Caldera). Observador de calle, de historias del día a día, Quiñones es «un obrero del Carnaval» como él mismo se define. Si existiera el premio a la regularidad, sin duda Joaquín sería uno de los grandes candidatos a llevárselo. Desde 1980 sólo ha faltado un año a la fiesta (1988) y con el mérito de que sus agrupaciones siempre han estado en primera línea. Aquellas que no han pasado a la final, se han quedado a las puertas. Capataz de Tabacalera, donde trabajó toda su vida, ha formado pareja de grandes de la fiesta como Aurelio del Real, Pepe Martínez y ahora con El Noly.

Vecino del Beato Fray Diego de Cádiz y de la Gitanilla del Carmelo, a la que le dedicó un pasodoble con Robots tras su muerte, Quiñones es uno de los mejores exponentes carnavalescos del barrio del Mentidero al igual que en su día lo fue Ramón Díaz Fletilla. A pesar de llevar 25 años viviendo en La Laguna, una vez a la semana «necesita recorrer su calle Bendición de Dios y pasearse por la Alameda». Mejor que nadie supo captar en sus coplas en forma de piropos el alma de su barrio. Por ello, el Mentidero le devolvió ese amor dándole el privilegio de pregonar su Carnaval en 1989.

Sus detractores le acusan de letras lacrimógenas, pero ¿quién no se sabe el pasodoble del bombero? Poseedor de numerosas distinciones a lo largo de su vida, entre ellas, el Antifaz de Oro por sus más de 25 años en la fiesta, este Carnaval encarnará a la figura del Dios Momo en la plaza de San Antonio quemando su figura. Este año con El Mercado de las maravillas volverá a presentar su candidatura para estar entre los mejores y conseguir mejorar el segundo premio alcanzado el año pasado con La playa de los secretos.