Feliz año nuevo
La política no da la felicidad pero debe ayudar a conseguirla. 2007 ha muerto, ¿viva 2008!. Termina un año muy positivo desde el punto de vista del interés general y en la valoración de la gestión pública de los gobiernos de Andalucía y de España, especialmente para la provincia de Cádiz.
Actualizado: GuardarCon 2007 se cierra una legislatura en la que hay que resaltar la profundización de la democracia, el avance en los derechos y libertades cívicas, y el acceso a una nueva dimensión del estado de bienestar.
En efecto, la calidad de nuestra democracia ha ganado enteros con la centralidad del parlamento, que ha cubierto con creces su función legislativa y de control del gobierno, que ha comparecido con regularidad y constancia, tanto el presidente como sus ministros, rompiendo la tendencia al absentismo de los gobiernos del PP.
Otros ejemplos de calidad democrática son: la transparencia en la gestión de los asuntos públicos, la clarificación normativa de las incompatibilidades de los políticos, los registros de patrimonios e intereses de los cargos públicos y la independencia política de los medios de comunicación de titularidad pública, singularmente RTVE y RTVA, con el nombramiento de sus máximos responsables por el parlamento.
Los avances en materia de igualdad entre el hombre y la mujer, las medidas contra la violencia de género y el reconocimiento legal de las diferentes fórmulas de convivencia en el hogar, amplían los derechos y libertades cívicas a otros colectivos sociales, sin que puedan sentirse perjudicados quienes venían haciendo uso de tales derechos.
El estado de bienestar en España ha mejorado a través de la subida del salario mínimo y de las pensiones, las ayudas a las personas con algún tipo de dependencia, el fomento de la natalidad con subvenciones económicas y permisos para los progenitores, la ampliación del horario y las prestaciones escolares y sanitarias.
Termino 2007 sin que se cumplieran ninguna de las catástrofes anunciadas por los portavoces agoreros del PP.
Mientras que la derecha pronosticaba la ruina, la economía crecía por encima de la media europea y se creaban más de tres millones de empleos. Aunque lo han anunciado continuamente, se han reformado los estatutos de autonomía y España no se rompe.
Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado siguen cosechando éxitos contra el terrorismo, a pesar del desvergonzado uso electoral del problema durante toda la legislatura, que ha llevado a algunos a la desmesura de situar al gobierno más cerca de los verdugos que de las víctimas.
Cuando los hechos han demostrado que España no se rompe ni ha sido vendida a los terroristas, aflora de nuevo la falsa denuncia de acoso a la familia tradicional, de la mano de la jerarquía católica más conservadora.
Este gobierno ha legislado y actuado en defensa de la familia, tomando medidas a favor de todos sus miembros; subiendo las pensiones de los abuelos, favoreciendo la compatibilidad de la vida laboral y familiar con nuevos horarios y servicios escolares, profundizando en la igualdad del hombre y la mujer, combatiendo la violencia de género, creando el permiso de paternidad y ampliando el de maternidad, apoyando la natalidad, etc.
Hay un sector de la Iglesia que pretende imponer al conjunto de la sociedad sus normas morales, llegando a cuestionar el poder del parlamento para aprobar las leyes.
Se trata de un sector minoritario que no acepta la separación Iglesia -Estado, contemplada en el artículo 27 de la Constitución, que ha desterrado el Vaticano II que defendía el pluralismo político de los cristianos y que exige la penalización civil del uso del preservativo y de la píldora, del divorcio y del aborto, de la investigación con células madre y de la homosexualidad.
No aceptan la libertad de conciencia y mucho menos que pueda existir una ética civil, ciudadana, que se trasmita a través de la asignatura «educación para la ciudadanía», en la que se ensalce la libertad responsable, la convivencia en paz, la solidaridad y el respeto a la diferencia.
No estamos en guerra contra la Iglesia, pero no podemos ignorar que su sector más conservador se ha convertido en un brazo político del PP, convocando manifestaciones contra un gobierno que ha subido del 0,52 al 0,7 % la financiación directa a través del IRPF, que ha pactado con FERE la nueva ley de educación, manteniendo como obligatoria la oferta de religión y que abona la nómina de los más de 15000 profesores que designan los obispos.
Estamos ante una institución muy compleja y diversa, en un país en el que se declara católico el 90% de los ciudadanos, pero sólo el 30% es practicante y el 23 % señala en la declaración de la renta a la Iglesia como beneficiaria de su aportación. No toda la Iglesia se identifica con la COPE, ni asume sus planteamientos.
Iniciamos 2008 con compromisos presupuestarios que van a permitir seguir avanzando en el cambio sosegado del modelo de crecimiento económico, en el que va perdiendo peso paulatinamente la construcción y lo van ganando la industrialización, con el uso de las tecnologías más eficientes, la investigación científico-técnica y los servicios.
Con el nuevo año comienza una legislatura con el compromiso socialista de garantizar el crecimiento económico y la creación de empleo, de seguir incrementando el salario mínimo y las pensiones, de reducir los impuestos, especialmente el relativo al patrimonio, de mejorar la educación y la salud y continuar con el esfuerzo inversor en materia de infraestructuras públicas, lo que nos convertirá en el país con más kilómetros de líneas de alta velocidad y autovías.
Comienza un nuevo año cargado de proyectos y esperanzas en el que tenemos que seguir avanzando en la solución de los problemas que nos afectan: desempleo, vivienda, seguridad, calidad ambiental, Estamos en el momento de las apuestas de futuro y de la esperanza y no podemos sentirnos prisioneros del pasado, por mucho que griten las mentiras sus voceros.