La presión del Gobierno empuja a un retraso de las elecciones en Pakistán
Espoleado por el apoyo popular, el partido de la asesinada Benazir Bhutto no ve «razón» para aplazar la cita del día 8
Actualizado: GuardarPakistán sabrá en las próximas horas si sus elecciones se celebran el 8 de enero, en la fecha prevista, o si finalmente se retrasan hasta el 22 de febrero, día sugerido por el Gobierno. Por segunda jornada consecutiva, la Junta Electoral fue incapaz de decidir al respecto y todo está pendiente de una tercera reunión de este organismo con los principales partidos para tomar una resolución definitiva. Pendiente de esta declaración oficial, la sensación general es que los comicios se pospondrán ya que el portavoz de la Junta, Kanwar Dilshad, aseguró al término del cónclave que «parece imposible llevar a cabo unas elecciones en esta situación de crisis».
Como siempre, Ejecutivo y oposición poseen intereses encontrados. Los partidos opositores se han mostrado contrarios a un posible cambio de fecha. El Partido Popular de Pakistán (PPP) desveló sus intenciones el pasado domingo, tras la lectura del testamento político de Benazir Bhutto. El PML-N, liderado por Nawaz Sharif, por su parte, retiró su boicot al proceso electoral en respuesta a la medida adoptada por el PPP, una formación que podría obtener una mayoría aplastante si se votara la próxima semana gracias a la gran ola de solidaridad levantada tras la muerte de Bhutto.
«No hay razón para el retraso, es sólo una forma de ganar tiempo que necesita el partido de Musharraf (PML-Q) para evitar una derrota histórica», declaró el secretario general del PPP, Raza Rabbani.
En los últimos días, la maquinaria gubernamental ha ido lanzando mensajes para justificar su postura. Después de la reunión de la junta electoral celebrada el lunes, se filtró que era imposible mantener la convocatoria de la próxima semana tras estudiar los informes de situación reclamados a los gobiernos de las cuatro provincias del país. En estos documentos, se señalaba que al menos diez oficinas electorales fueron destruidas en las protestas por el asesinato de Bhutto, con lo que no daba tiempo a reemplazar las urnas y las papeletas dañadas. Además, las trece sedes del gubernamental PML-Q en la provincia de Sindh, lugar de origen de los Bhutto, quedaron destruidas.
Argumento religioso
El último argumento oficial es el religioso. Una vez más, el Gobierno de Islamabad mezcla el islam con el calendario político y advierte de que lo más apropiado sería aplazar el proceso hasta el 22 de febrero, final de la festividad de Moharram (conmemoración del martirio del imán Hussein).
Si el posible aplazamiento no fuera suficiente, ayer se añadió más polémica al proceso electoral. El senador Latif Khosa aseguró que «el mismo día que la mataron, Benazir iba a reunirse con dos abogados estadounidenses para explicarles con detalle que el Gobierno estaba manipulando el proceso».