Caja Madrid dice que el futuro de Iberia no tiene por qué pasar por una fusión
La entidad defiende que una alianza comercial, siempre que mantuviera la identidad de la aerolínea, es una alternativa más que viable British Airways se perfila como posible socio industrial de la firma española
Actualizado: GuardarLas grandes aerolíneas europeas parecen abocadas a las fusiones. Los altos precios del petróleo y la enorme competencia por parte de los operadores de bajo coste son elementos de presión suficientes para que, al menos, se lo piensen. La propia Iberia inició en marzo la búsqueda de ofertas. El presidente de la compañía, Fernando Conte, siempre ha defendido que la concentración era algo inevitable. Sin embargo, todo ha cambiado en la compañía. La búsqueda de comprador ha dado paso a la aparición de un socio de control: Caja Madrid. La entidad de ahorro ya no es tan partidaria de cambiar cromos con nadie y estudia como salida una mayor colaboración con un socio industrial que, casi inevitablemente, será British Airways.
El primer convencido de este Plan B es el presidente de la entidad financiera, Miguel Blesa, quien asegura que: «El futuro de Iberia no tiene porque ser una fusión con ninguna otra aerolínea, ya que una alternativa viable sería establecer una gran alianza comercial».
La idea, añade el nuevo hombre fuerte de la compañía, es cerrar un amplio pacto para «abrir rutas conjuntas, y aprovechar sinergias». Eso sí, matiza, sin perder nunca la identidad y sin que el nombre de Iberia desapareciera. Algo así como juntos pero no revueltos.
Lo más lógico
Y quién mejor para una gran alianza comercial, como dice Blesa, que British Airways, quien ya está presente en Iberia (10%) y conoce la casa. La británica y la española ya sellaron un primer estadio de colaboración hace ahora dos años al acordar la explotación conjunta (reparto de ingresos y gastos) de las rutas entre España y el Reino Unido. En definitiva, una oferta conjunta con posibilidad de ir, por ejemplo, a Londres desde Madrid con una de las dos empresas y volver con otra.
Unos vuelos que «van muy bien», según fuentes de Iberia, que, sin embargo, nunca ha detallado las cuentas de explotación. En su día, las rutas conjuntas con British se vendieron como un primer paso para unir después fuerzas operativas y hasta plantillas. Nunca se volvió a hablar de ello. Hasta ahora.
Si se acude a la lógica, una mayor colaboración con British Airways sería la opción más ventajosa. Ambas empresas se podrían repartir el mercado mundial, con la española como puerta de Europa hacia América Latina -lo que salvaría el futuro de Barajas- y puente hacia África y Asia, y la británica como punta de lanza para atacar el mercado norteamericano.
Algo que no sucedería si la elegida fuera, por ejemplo, Air France-KLM, que no dejaría morir su aeropuerto de referencia (el parisino Charles de Gaulle) en beneficio de la madrileña T-4. Además, Iberia comparte espacio en Barajas con el resto de miembros de la alianza One World (en la que también está British), con lo que un cambio de alianza sería un verdadero lío. Sólo hay un problema para esa eventual solución: que British no parece dispuesta. Hasta ahora, ha permanecido en el accionariado de Iberia sin mover un dedo.
Pero Caja Madrid y El Corte Inglés -los dos miembros españoles del núcleo duro de Iberia- han lanzado esta semana un mensaje directo a la británica: Los dos le han recordado que los supuestos grandes planes para la española que estaba dispuesta a llevar a cabo con TPG los puede sacar adelante sin el fondo de inversión estadounidense. El órdago está echado.