ACELERAN. Eto'o, Henry y Ronaldinho, entrenando. / EFE
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Toda la presión para el Barcelona

Sin Leo Messi, con Ronaldinho en el disparadero y a cuatro puntos del Real Madrid, los azulgrana afrontan el clásico mucho más necesitados

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Más allá de nombres propios, polémicas y pronósticos inciertos, el único dato palpable y preciso del clásico pasa por la frialdad numérica. El Barça recibirá hoy al Real Madrid con la extrema necesidad de sumar una victoria que le sitúe a un suspiro del líder e impida que los blancos se puedan comer el turrón y brindar con cava con una sustanciosa ventaja de siete puntos al frente de la Liga.

La estadística arroja un dato esclarecedor para sustentar el controlado optimismo de los azulgrana. El Real Madrid tan sólo ha conseguido una victoria en los últimos 25 años en sus visitas a su máximo rival. La logró la temporada 2003-2004 por 1-2, en el primer año de Ronaldinho como integrante del Barcelona. Curiosamente, el brasileño se perdió aquel partido por culpa de unos problemas musculares. Una circunstancia que podría volver a repetirse este domingo si Rijkaard no ha jugado al equívoco durante la semana.

El Barça se aferra a su recuperada ambición bajo el amparo de un inmaculado escenario. Los azulgrana acumulan casi dos años invictos en el Camp Nou, desde aquel 1-3 que les arrancó el Atlético el 5 de febrero de 2006.

El Real Madrid intentará quebrar esa racha desde una apuesta ofensiva. El de Schuster es un equipo capaz de dar un zarpazo sin grandes combinaciones. Un conjunto hasta ahora tan efectivo como poco brillante que se mantiene con comodidad al frente de la Liga. Esa sólida ventaja le permite encarar la visita al Camp Nou con tranquilidad ya que, pase lo que pase, cerrará el 2007 como líder de la tabla.

Duda de Guti

La puesta en escena de Guti, a quien su técnico no vio tan destacado en aquel partido, centra las dudas visitantes. Desde su expulsión en Murcia ha pasado a un segundo plano. Schuster mantiene al terceto formado por Diarra, Baptista y Sneijder como centrocampistas y se antoja casi imposible creer que cambiará sus planes en el coliseo azulgrana.

El resto del equipo aparece definido. A pesar de la ausencia de Messi, Shuster reforzará la banda izquierda defensiva con Heinze -no le gustan ni Marcelo ni Miguel Torres-, mientras que Robinho, Raúl y Van Nistelrooy formarán un ataque capaz de parecer adormecido hasta que, en un par de gatillazos, destroza al adversario.