Pasado con presente

Hace algo más de dos meses pasó por El Puerto de Santa María de la mano de un espléndido concierto en solitario en el que repasó casi tres décadas de música fresca y personal. No fue su primera visita a la provincia de Cádiz. Robyn Hitchcock (Londres; 1953), ya pisó los escenarios de Cádiz y Algeciras en 1999 y 2003 exhibiendo esa mezcla de sabiduría y arrebato que tan certeramente reflejan unas canciones enemigas de la cara más previsible del pop. Las mismas que fijaron la identidad de su primer grupo, los esenciales The Soft Boys, surgidos en plena vorágine punk a modo de natural impulso en cuya crónica y discos -ahí están los excelentes A Can of Bees (1979) y Underwater Moonlight (1980)-, se destapó el talento de Hitchcock, tamizado por influencias clásicas como Bob Dylan, John Lennon o Syd Barrett.

La disolución de la banda en 1981 abrió camino a la trayectoria en solitario de un autor que, desde entonces y salpimentado por alguna reagrupación puntual de The Soft Boys -plasmada en el jugoso Nextdoorland (2002)-, ha ido forjando un modélico trazado materializado en más de una veintena de álbumes, muchos de ellos en compañía de The Egyptians.

Celebrado y apoyado por amigos como Peter Buck (R.E.M.) aunque alejado de la primera línea mediática, Hitchcock y sus discos han hecho gala de una meritoria regularidad que no sólo se ha nutrido de un ilustre pasado sino que ha enarbolado un meritorio presente -el reciente Olé Tarántula (2006) o el documental sobre su grabación, Sex, Food, Death & Insects son los más recientes ejemplos de ello-, que ya quisieran para sí muchos coetáneos.

En esta ocasión, Hitchcock ha querido echar mano del tiempo pretérito con el objeto de recuperar espacio en el presente discográfico. Aunque algunos de sus discos ya fueron reeditados individualmente hace unos años, la caja I Wanna Go Backwards (Yep Roc; 2007), recupera ahora algunas de sus mejores obras en una maniobra de necesaria reivindicación. La caja contiene completos los álbumes Black Snake Diamond Role (1981) -su ópera prima-, el destacado I Often Dream of Trains (1984) y el más acústico Eye (1990), así como un doble CD recopilatorio de directos, demos y grabaciones caseras del periodo 1981-90 titulado explícitamente While Thatcher Mauled Britain.

Los originales -que también se pueden adquirir de forma individual-, llegan exquisitamente presentados y acompañados de un numeroso bloque de extras a modo de substancioso archivo en el que escarbar para (re)descubrir las claves de un músico que modela sobre esta selección discográfica buena parte de su perfil evolutivo. Un espacio donde su marca melódica brilla ingeniosa e irónica. Un regalo para sus seguidores.