APOYO. Un seguidor de Al-Ghoul muestra su retrato. / AP
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Hamás incrementa la tensión al detener en Gaza a un asesor del Gobierno de Al-Fatah

Una explosión de origen incierto mata en la Franja a cuatro seguidores del partido del presidente Abbas

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«El problema es su lengua venenosa está en su derecho a decir y escribir lo que le parezca, pero el que quiera venir a Gaza a ser un héroe, tendrá que pagar un precio». Con estas palabras, Ahmed Yusef, el principal consejero político del depuesto jefe del Gobierno de Hamás, Ismail Hanniya, justificaba ayer la detención de un destacado asesor del primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina, Salam Fayad, que se encontraba provisionalmente en la Franja para asistir a un funeral.

El arresto, ejecutado de madrugada en el domicilio del alto funcionario, disparaba las tensiones entre las facciones palestinas rivales horas antes de que, a primera hora de la mañana, una explosión de origen incierto matara también en Gaza a cuatro seguidores de Al-Fatah e hiriera a otra treintena durante el entierro de un miembro del mismo partido, asesinado el jueves por Israel. «Lo que ocurre es un asalto contra los nuestros», acusaba a los islamistas desde Ramala el presidente, Mahmud Abbas, que ha declarado tres días de luto. «Todo esto es parte de una conspiración para propagar el caos», contraatacaba por su parte Ismail Hanniya, inquieto ante la atmósfera de violencia que amenaza con empañar hoy la celebración del vigésimo aniversario de la creación oficial de Hamás, que el movimiento quiere convertir en una «demostración de fuerza junto a medio millón de seguidores».

Una demostración de fuerza que ya arrancó ayer, con la captura del asesor de Fayad, Omar al-Ghoul, conocido por mantener una crítica feroz contra el régimen islamista, que con frecuencia refleja en las columnas de un periódico local. Según explicaba una fuente del Ministerio del Interior en Gaza, esa conducta le había valido la detención por constituir «una violación de la ley». Según Ahmed Yusef, simplemente, Al-Ghoul está entre rejas por ser «un falsificador de la realidad y un enemigo de Hamás», cargos que sugieren una detención política. Que deja en entredicho la tímida oferta de tregua que días atrás los islamistas habían lanzado a Al-Fatah para retomar el diálogo de conciliación nacional.

«Dos o tres días»

En una conversación de la que este diario fue testigo, el consejero de Hanniya señaló ayer por teléfono a una familiar del arrestado que pedía su liberación, que Al- Ghoul permanecerá en manos de Hamás «dos o tres días, hasta que se cumplan los trámites necesarios y él se comprometa a no seguir mintiendo sobre nosotros». «Si él, como otros, se fue a Cisjordania para ondear la bandera de Al-Fatah, que no vuelva a Gaza ahora», increpaba Yusef desde su casa de Rafah tras colgar el móvil. «Aquí nadie es más grande», añadía escenificando un gesto indicativo de que es Hamás quien manda en la Franja.

Alarmada por el miedo al inicio de una caza de brujas, la esposa del arrestado había denunciado en un primer momento el «secuestro» de su marido por una decena de hombres no uniformados, que a las cuatro de la madrugada irrumpieron en su vivienda para adueñarse además de dos ordenadores y efectos personales de la familia. «No sabemos donde está -decía la mujer-. Me han tratado de un modo brutal y amenazado varias veces con pistolas».