La madre alemana que asesinó a sus cinco hijos les sedó antes de asfixiarles

El relato de la tragedia que mantiene a Alemania en un estado de convulsión comenzó el miércoles en Darry, un pequeño pueblo ubicado en la costa báltica. Era por la tarde cuando una mujer de 31 años se presentó ante el médico de la localidad para confesar que había dado somníferos a sus cinco hijos, con edades comprendidas entre los tres y los nueve años. De inmediato, el doctor alertó a la Policía. Cuando los agentes llegaron a la vivienda familiar quedaron impactados por la escena con la que se encontraron: los cinco niños yacían muertos, pero sin aparentes señales de violencia.

«Según el estado actual de las investigaciones, el motivo que llevó a la mujer a cometer el quíntuple infanticidio parece estar relacionado con su desequilibrio psíquico», manifestó el portavoz policial Jürgen Bòrner, quien confirmó que la madre había sido internada en un hospital mental, pero que a pesar de todo estaba siendo interrogada.

Poco después, la Fiscalía señaló que la autopsia de los cadáveres había confirmado que los menores perecieron asfixiados. «No se descarta que los niños fueran sedados previamente, como apuntó la madre», añadió el acusador público encargado de investigar el caso, Uwe Wick. Sin embargo, Wick se negó a confirmar una información difundida por una emisora local en el sentido de que la mujer había utilizado una bolsa de plástico para matar a sus hijos.

Aunque la noticia de esta nueva tragedia familiar fue conocida por la opinión pública alemana en la noche del miércoles, no fue hasta ayer cuando el país germano tomó conciencia de la dimensión de lo sucedido, gracias a la amplia difusión que dieron los informativos de televisión y a los titulares de la prensa.

Sin explicación

Y si bien nadie duda de que la progenitora es la autora del asesinato múltiple, la pregunta que se hace ahora la opinión pública es ¿qué motivos puede tener una madre para asesinar a sus cinco hijos en un país que ofrece ayuda social, comida y educación gratuita a los desfavorecidos? No es la primera tragedia de estas características que sacude Alemania, pero aun así los expertos consultados sólo han aducido un motivo de desarreglo psíquico en la mujer para justificar en parte el drama.

Toda esta incertidumbre se ha acrecentado, como es lógico, en el pueblo de Darry, habitado por unas 650 personas, donde la familia protagonista de la matanza llevaba, aparentemente, una vida casi normal, aunque la presunta asesina no se relacionaba con sus vecinos. «No hablaba con nosotros, pero los niños parecían contentos y siempre jugaban en el jardín de la casa», manifestó una mujer entrevistada por un canal de televisión.

Sin embargo, la edición digital del semanario 'Der Spiegel' denunciaba que los niños habían llamado la atención debido a su desarrapada manera de vestir y a que llevaban alimentos caducados y en mal estado a la escuela. «Todo es mentira», replicó la directora del centro educativo de Darry, Andrea Danker-Isemer, quien se vio obligada ayer a suspender las clases y solicitar la ayuda de varios psicólogos para que hablaran con el resto de los alumnos.

Varios vecinos de la familia trágicamente deshecha, así como compañeros de clase y maestros de los menores asesinados, también desmintieron que los niños dieran muestras de estar mal alimentados o fueran deficientemente vestidos. «No vivían en una situación acomodada, pero tampoco se puede decir que estaban descuidados», subrayó uno de los profesores.

El padre de los tres niños más pequeños, de nacionalidad americana, «era muy cariñoso con todos», admitió una vecina. «¿Qué motivos pudo tener una madre para matar a sus hijos? Es terrible», añadió aún conmocionada.