Evo Morales.
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Los gobernadores aceptan el reto de Evo Morales de medir sus fuerzas en un referéndum

La oposición boliviana aceptó ayer, con condiciones, el desafío lanzado por el presidente Evo Morales de someterse a un referéndum revocatorio de sus cargos. El Gobierno, de hecho, entregó en el Congreso el proyecto de ley para la convocatoria del plebiscito en un intento de superar la crisis que azota al país. La noche del miércoles, en un mensaje televisado, Morales concretó la propuesta. «Esperamos que si somos demócratas y si estamos seguros de apostar por la democracia, los nueve prefectos junto con el presidente nos sometamos al pueblo boliviano mediante un referéndum revocatorio», retó.

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Ayer, el gobernador de Cochabamba, Manfred Reyes, uno de sus más férreos adversarios, indicó que el referéndum era «la mejor salida para la crisis», aunque recordó que ya lo había propuesto hace semanas. A su lado se posicionan los mandatarios de La Paz, José Luis Paredes, así como los de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando. En estas cuatro últimas provincias se mantiene desde el martes un ayuno voluntario contra el Gobierno que, según sus organizadores, se irá masificando.

Paredes explicó que el presidente «no tenía otra alternativa» porque «estaba entrando a un callejón sin salida». El opositor pidió que la consulta se realice no antes de 90 días y con la misma Corte Electoral. Leopoldo Fernández, mandatario de Pando, también le ofreció su respaldo pero pidió que la Asamblea Constituyente designada en el país congele su trabajo hasta que no se lleve a cabo el referéndum.

Con la iniciativa de convocar una consulta popular, Morales pretende desatascar la crisis política que paraliza a Bolivia desde que asumió el poder en 2006. Su principal objetivo, una nueva Constitución, sólo fue aprobada de forma genérica y ahora debe ser ratificada en detalle. Sin embargo, al encarar este proceso la Asamblea Constituyente tuvo que cambiar progresivamente de sedes en el país ante los boicots y las protestas lideradas por la oposición.