ASISTENTES. Vista de la concentración en la Puerta de Alcalá con la pancarta en la que se exigía libertad y el fin de ETA. / DANIEL OCHOA. AP PHOTO
ESPAÑA

PSOE y PP secundan juntos por primera vez una concentración contra ETA

Algunos gritos aislados en la Puerta de Alcalá enturbian la solemnidad del acto de homenaje, con una duración de apenas cinco minutos Los representantes políticos participaron en las primeras filas y dejaron la tribuna a la organizaciones sociales convocantes de la protesta

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PSOE y PP respaldaron juntos por primera vez en esta legislatura una concentración de rechazo a ETA. Con la excepción de José Luis Rodríguez Zapatero, los principales dirigentes de ambos partidos guardaron dos minutos de silencio codo con codo en el acto de condena del atentado de ETA que costó la vida a un guardia civil y dejó herido de extrema gravedad a otro. Sólo algunos gritos aislados en los prolegómenos y al final deslucieron un acto de homenaje que tuvo una afluencia muy inferior a la registrada en las manifestaciones convocadas por la AVT y el PP contra la política antiterrorista del Gobierno.

Han tenido que celebrarse antes once manifestaciones contra el terrorismo, ocho de la Asociación de Víctimas del Terrorismo y organizaciones afines, dos del PP y otra de los sindicatos, para que la duodécima sea la primera unitaria. Las direcciones del partido gubernamental y opositor acudieron casi al completo a la concentración convocada por 17 organizaciones sociales de todo tipo en la Puerta de Alcalá. Sólo faltó Rodríguez Zapatero, que no ha acudido a ninguna manifestación desde que es presidente del Gobierno.

En la céntrica plaza madrileña de la Independencia se dieron cita el líder de la oposición, Mariano Rajoy, acompañado de Ángel Acebes; Eduardo Zaplana; el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y casi toda la dirección del PP. La delegación socialista estuvo encabezada por el secretario de Organización, José Blanco, flanqueado por una nutrida comitiva, en la que figuraban, entre otros, el ministro Jesús Caldera; el líder de los socialistas vascos, Patxi López; el presidente del Senado, Javier Rojo, y el portavoz parlamentario, Diego López Garrido. También hubo presencia de la totalidad de grupos parlamentarios y del Gobierno de la Generalitat de Cataluña con su consejero de Interior, Joan Saura.

Sin saludos

Los dirigentes de los dos partidos mayoritarios estuvieron juntos, pero nada más. No hubo saludos ni apretones de manos, y al terminar cada uno se fue por su lado. Al término del homenaje, Rajoy señaló que su presencia y la de su partido respondía a la necesidad de «condenar a ETA, apoyar a las fuerzas de seguridad y a las víctimas y a defender una política de derrota a ETA que en estos momentos se traduce en que nunca más dialogar con ETA y en la ilegalización de ANV y del PCTV». El líder de la oposición, poco antes del inicio del acto, comentó que «hubiera sido mejor que la AVT hubiera ido a la concentración».

El socialista Blanco, a su vez, hizo un llamamiento unitario para combatir a ETA porque «la unidad de todos nosotros es imprescindible para conseguir el objetivo, que vamos a lograr, de derrotar a la banda terrorista».

El acto tuvo una duración de cinco minutos, tres para la lectura de la declaración aprobada el pasado sábado por todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria y dos de silencio, que fue respetado en esta ocasión por los asistentes, que acudieron en menor cantidad de la esperada, ya que no siquiera se llenó todo el espacio que circunda a la Puerta de Alcalá. La Delegación del Gobierno en Madrid, a diferencia de otras manifestaciones, no proporcionó cifras de la afluencia, que los organizadores situaron en «miles» sin entrar en más precisiones.

Los representantes de las fuerzas políticas no quisieron acaparar el protagonismo del acto y prefirieron participar en las primeras filas. Dejaron que la tribuna que presidía la concentración estuviera ocupada por los líderes de la organizaciones sociales convocantes. A la espalda de la plataforma se extendió una gran pancarta de 15 por 5 metros que ocupaba los ojos de la Puerta de Alcalá con el lema de la concentración, 'Por la libertad, para la derrota de ETA', repetido hasta seis veces.

El clima de respeto y silencio sólo fue roto en los momentos previos, cuando grupos de jóvenes con banderas españolas que ocuparon las vallas de las primeras filas rompieron a gritar «dónde está, no se ve a ZP» y «Zapatero dimisión». Consignas respondidas por grupos de sindicalistas y personas anónimas que arroparon al jefe del Ejecutivo coreando «hay que ser valiente como el presidente» y «Zapatero no está solo». Al finalizar los minutos de silencio, el duelo de consignas se reprodujo, pero fue tapado por la música que los organizadores elevaron a tonos atronadores.