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Los partidos prometen eliminar el impuesto sobre el patrimonio
La medida, que se interpreta como una promesa electoral, afectará a un millón de contribuyentes y las comunidades autónomas serán compensadas
Actualizado: GuardarEl impuesto de patrimonio , considerado una rara avis dentro de la Unión Europea -aparte de España, sólo lo aplican Francia y Suecia- será suprimido la próxima legislatura. Así se han comprometido a ello los candidatos de PSOE y PP a las elecciones generales del próximo mes de marzo. El presidente de los populares, Mariano Rajoy, lo anunció el pasado 10 de julio y volvió a reiterarlo este martes -junto a un nuevo recorte de medio punto en el tipo de la tributación empresarial-, después de que horas antes el actual jefe del Ejecutivo, el líder socialista José Luís Rodríguez Zapatero, afirmara que la eliminación del citado tributo, considerado «menor» por todos expertos, será una de las «primeras medidas» que aborde si repite triunfo en las urnas.
El foro compartido por ambos para escribir un capítulo más de la carrera preelectoral fue la 19ª Mesa Redondo Empresarial organizada por la entidad británica The Economista Conferences. El primero en intervenir fue el presidente del Gobierno, quien se mostró bastante más conservador que en anteriores ocasiones en sus promesas electorales, lo que muchos interpretaron como un claro guiño a su vicepresidente económico, Pedro Solbes, pocas fechas después de acordar con éste su continuidad en el cargo si hay lugar a otra legislatura socialista. Frente a los anuncios de aparente carácter populista que hizo meses atrás -como el cheque bebe, las ayudas para alquiler de vivienda y la asistencia bucodental subvencionada para niños-, Rodríguez Zapatero parece optar ahora por el discurso de la «prudencia» y la «moderación».
.La desaparición del impuesto de patrimonio supondrá a las autonomías dejar de ingresar entre 1.200 y 1.400 millones de euros anuales -serán compensadas con el nuevo sistema de financiación territorial, aunque se desconocen los detalles-, a una media de unos 1.500 euros por cada uno del millón de contribuyentes obligado a declararlo. Presidente y ministro coincidieron en que el fin de ese gravamen supondrá «un estímulo para que no se penalice el ahorro», pero no todos lo ven así. La coalición IU fue la más crítica, al calificar la medida de «escándalo» político y social, «más por venir de un partido de izquierdas», mientras que los sindicatos UGT y CCOO denunciaron que habrá una «mayoría de perjudicados» por el descenso recaudatorio.
Los populares
No lo ve así Rajoy, quien en tono irónico se felicitó de que Rodríguez Zapatero «dé muestras de sentido común» al seguir ahora una de sus promesas fiscales. De hecho, el presidente del Gobierno defendió que bajar impuestos «no equivale a reducir recaudación, aunque esto cueste digerirlo a personas de mi entorno ideológico». También coincidieron ambos en el tono bajo de sus intervenciones, sin apenas novedades. El líder socialista anuncio que el superávit público volverá a alcanzar este año la «cifra histórica» del 1,8% del producto interior bruto (lograda en 2006), «o algo más incluso», mientras que en 2008 el nivel de la deuda se reducirá al 34% del PIB. Su homólogo popular confirmó que, de ganar en las urnas, elaborará una ley para garantizar la unidad de mercado y «la libertad económica», y también creará una agencia de prospección del empleo y las cualificaciones profesionales.