ESTIMACIÓN. Schmitt dice que las instalaciones podrán atender la demanda de la marca española. / AFP
Economia

Seat de Martorell puede llegar a fabricar 650.000 vehículos anuales

El presidente de la compañía asegura que no tiene previsto construir otra planta para cumplir el objetivo fijado de alcanzar en once años los 800.000 unidades

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El presidente de Seat, Erich Schmitt, ha asegurado que la factoría que la compañía tiene en Martorell (Barcelona) dispone de una capacidad máxima de fabricación de 650.000 unidades anuales. Tras su intervención en una mesa redonda organizada ayer en Madrid por 'The Economist', que reunió a dirigentes empresariales con miembros del Gobierno español, el presidente de Seat explicó que con apenas inversión la planta de Seat podría llegar a 550.000 unidades de producción a partir de las alrededor de 400.000 actuales.

Matizando aún más, comentó que para dar solución a «algunos cuellos de botella», las instalaciones de Martorell podrán llegar a las 650.000 unidades para afrontar el objetivo de ventas marcado por Schmitt para el año 2018 de llegar a las 800.000 unidades.

Durante su presentación, el público asistente mostró interés sobre si el presidente de Seat se plantea la posibilidad de construir una nueva planta para cumplir con este objetivo. Sin embargo, Schmitt descartó la idea «porque dentro del grupo Volkswagen, al que pertenece Seat, hay instalaciones que podrán atender la demanda de la marca española», informa Efe.

«Lo esencial -apuntó el presidente de Seat-, es que se pueda llegar a las 650.000 unidades y que todo este volumen se quede en la planta de Martorell». Y matizó que, en primer lugar, se ha de utilizar toda la capacidad disponible.

Falta dinamismo

En relación a los recursos humanos, el presidente de Seat aseguró que se ha encontrado a su llegada a España con una plantilla altamente motivada, pero con una brecha entre directivos y trabajadores, como si fuera una sociedad de clases. Schmitt se manifestó contrario a esta excesiva jerarquización y a favor de una integración mayor del trabajador, al que no se le tiene en consideración. «En España hay que desarrollar esta idea, ya que en el resto de los países europeos está más avanzada».

Parte de su intervención estuvo dedicada a los proveedores españoles, con los que lleva trabajando desde hace una veintena de años, y de los que echa en falta el dinamismo y espíritu de lucha que mostraban en las décadas de 1980 y 1990.

«No se puede transigir en calidad -añadió Schmitt- para insistir en la idea de que en todos los procesos de trabajo no se valora suficientemente al trabajador». Tras asegurar que a los buenos proveedores «les damos libertad», el presidente de Seat recomendó a estos empresarios que organicen limpiamente sus procesos, ya que la mayor reducción de costes pasa por apostar por la calidad. «Los procesos tienen que ser buenos desde el principio», insistió.

Petición

Schmitt se mostró en desacuerdo con la práctica en España de asociar el suelo al IPC y a la suma de un porcentaje, ya que es práctica en otros países europeos que los aumentos salariales estén relacionados con la productividad. El presidente de Seat también tuvo una petición para el ministro de Industria, Joan Clos, al que invitó a tomar medidas contundentes para mejorar el atractivo de las infraestructuras frente a las inversiones extranjeras