Los miembros del GRAPO Manuel Pérez Martínez e Isabel Llaquet, en la Audiencia Nacional. /EFE
juicio en la audiencia nacional

La esposa de Publio Cordón está convencida de que los GRAPO lo asesinaron

La familia relata en el juicio el periplo seguido para pagar el rescate del empresario, que sigue desaparecido desde su secuestro en 1995

MADRID Actualizado: Guardar
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Pilar Muro, esposa del empresario desaparecido desde que fue secuestrado por los GRAPO el 27 de junio de 1995, ha asegurado que "no lo liberaron porque seguramente lo asesinaron. Ellos son terroristas, sanguinarios y son lo más bajo de la sociedad" durante el juicio celebrado en la Audiencia Nacional contra los miembros de la banda terrrorista Fernando Silva Sande, Manuel Pérez Martínez e Isabel Llaquet.

Durante su intervención, Muro ha explicado que después de la reivindicación hecha por la banda negociaron telefónicamente con un terrorista que se identificó como "Benito" y que resultó ser Enrique Cuadra, ya condenado por estos hechos. Esas conversaciones las mantuvo el yerno de Cordón, Ignacio Jiménez, que también ha testificado hoy junto a su esposa e hija del empresario, Carmen Cordón, y ambos han relatado detalladamente cómo se negoció el rescate y la entrega del dinero.

En la jornada de ayer, que dio comienzo al juicio, declararon los tres procesados por el secuestro del empresario. El hilo fundamental de sus intervenciones fue la negación de las acusaciones, asegurando no "tener nada que ver" con los hechos e incluso negando su pertenencia a los GRAPO.

El fiscal ha mantenido su petición inicial de 27 años de cárcel para cada uno de los acusados y que indemnicen a la familia de Cordón con 2.704.554 euros, y también lo ha hecho la acusación particular, que ha pedido 36 años de cárcel para Silva Sande y 30 para los otros dos, así como una indemnización de 6 millones de euros. Las defensas han solicitado la absolución.

Anuncios clasificados y dinero en bolsas de deporte

De acuerdo al relato de la familia del empresario, los secuestradores les habían remitido varias cartas manuscritas por Cordón y les dieron indicaciones para que se comunicaran con ellos a través de un anuncio de periódico cuando tuvieran preparado el dinero del rescate.

Según ha relatado Carmen Cordón, solicitaron la ayuda de una empresa inglesa especializada en negociaciones de secuestros y pusieron el anuncio en el que indicaban que vendían un chalé por precio "negociable" y con un teléfono móvil, al que los terroristas les llamaron y acordaron 400 millones de pesetas como rescate y la entrega en París el 9 de agosto de 1995.

Jiménez recordó que alquilaron un coche en Madrid, en cuyo maletero llevaban el dinero en tres bolsas de deporte, y se desplazaron hasta la capital gala donde, por indicación de los secuestradores, acudieron -vestidos de blanco- a una cabina telefónica donde recibieron una llamada de los terroristas, quienes les dieron instrucciones sobre los lugares a los que tenían que ir.

Ni rastro de Publio Cordón

Tras un largo periplo por París, sobre las 20.00 horas, dos de los secuestradores -a uno lo reconoció como "Benito" y a Silva Sande lo hizo tras ver fotos en la Policía- les "abordaron" en el coche, hicieron un "pequeño" recorrido y después se bajaron y, a la pregunta de cuándo soltarían a Cordón, dijeron que lo harían cuando comprobaran que las bolsas no tenían dispositivos de seguimiento.

Sin embargo, el empresario se encuentra en paradero desconocido, y su esposa ha subrayado que, incluso, los secuestradores les llamaron sorprendidos unos días después del viaje a París y les preguntaron "por qué no estaba Publio y por qué no salía en los medios de comunicación".

Además, Muro ha explicado que enviaron una carta al comando central de la banda para conocer qué habían hecho con su marido y aclarar "las dudas y las mentiras" que "estaban diciendo", y que también remitieron misivas a todos los presos de la banda terrorista GRAPO.

En el turno de última palabra, Silva Sande ha sostenido que "de antemano ya estaba condenado" y Pérez Martínez ha denunciado que "esto es un montaje político", tras lo que ha empezado a gritar. El presidente del tribunal ha ordenado entonces que se lo llevaran y ha dejado el juicio visto para sentencia.