El otro Alves

Ser blanco y futbolista en Río de Janeiro tiene dos salidas. La más improbable es ser un genio de la pelota, como Kaka, Diego o Juninho y esperar a que uno de los grandes equipos de la ciudad te fiche. La segunda vía, la más común, es terminar como portero. Ahí están Rogelio Ceni (Sao Paulo), Julio César (Inter) o el mítico Taffarel. Diego Alves pertenece a este último grupo. No tiene la calidad del nuevo Balón de Oro, aunque sus compañeros afirman que se desenvuelve de forma aceptable con los pies. Se conformó con ser otro goleiro blanco que este fin de semana entró en la historia de la Liga: es el primer portero brasileño en jugar en Primera División.

Alves (24-6-1985, Río de Janeiro, Brasil) demostró sus cualidades en su primer duelo liguero. Atento, rápido y muy ágil, sorprendió al Sevilla y a sus propios aficionados con su buen hacer. El guardameta, criado en la cantera del Atlético Mineiro, ya avisaba por su precocidad. Con tan sólo 19 años saltó del juvenil al primer equipo y en 2005 ya era el dueño de la portería del estadio Mineirao. Ese año fue el curso de la consagración. Disputó la Copa América de Colombia sub-20 y consiguió el tercer puesto en el Mundial de la categoría junto a Sobis, jugador ahora del Betis, en Holanda.

Como pasa a numerosos futbolistas sudamericanos, asumió sin problemas la responsabilidad de defender al equipo de Belo Horizonte a una edad muy temprana. Además, lo hizo tan bien que se erigió en una de las figuras de los galos para volver a la Primera División. En 65 partidos oficiales durante 2006, sólo recibió 21 goles, lo que habla de su efectividad bajo los palos y la gran defensa del Atlético Mineiro. La torcida que adoró a Gilherme (ex del Rayo), Belleti o Cicinho, veía a Alves como el nuevo Taffarel, que también defendió la camiseta blanquinegra durante tres temporadas.

El comienzo del Brasileirao de 2007 fue bueno para el Mineiro, que marcha en una cómoda octava posición. Alves estaba asentado en la portería, pero la llamada de Europa le atrajo más. El Almería apostó por él, que busca de forma desesperada la llamada de la selección absoluta. Con Dida y Julio César cerca o superando la treintena, Alves (que ha sido internacional en todas las categorías inferiores) puede ser el acompañante del otro Alves con la camiseta auriverde.