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Aarón y Mena o la velocidad sin control

La falta de puntería o la anarquía marcó la actuación de dos de los jugadores más talentosos del encuentro

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Si había dos hombres en el terreno de juego cuyas principales características fueran la rapidez, la velocidad o la verticalidad, esos eran Aarón Ñíguez y Mena. Dos hombres tocados por la varita del talento y la explosividad, que ayer ocupaban la misma demarcación. Además tanto el ilicitano como el talaverano gozaron de la libertad que le concedían desde el banquillo, y ninguno de los dos se vio anclado a la inicial banda izquierda. Mena intercambiaba continuamente su posición en como teórico interior zurdo, por la de Gabri que entraba por la derecha, e incluso en muchas ocasiones, el número diez del Alavés buscó la jugada individual por el centro de la defensa. Aarón tres cuartos de lo mismo. Alternó el carril izquierdo con una media punta de la que quitaba a Carlos Calvo.

Los dos aparecieron pronto. Concretamente el xercista en el minuto dos de partido, cuando arrancó prácticamente desde el centro del campo para finalizar la jugada con un flojo y desviado disparo que cruzó sin gloria la línea de fondo. La de Mena, al menos, vio puerta, pero lo cierto es que al talaverano le correspondieron el desmarque, pero no pudo definir, pues su disparo fue bloqueado con facilidad por Portela.

Lo cierto es que firmaron una actuación bastante paralela, pues ambos se mostraron mucho más activos durante los primeros cuarenta y cinco minutos, que en la segunda mitad en la que ambos fueron sustituidos. Y si Mena fabricó la jugada de mayor peligro a favor del Alavés con ese disparo que repelió el palo de la puerta de Porato, Aarón fue el encargado de poner en movimiento la mayor parte de las jugadas de estrategia de los azulinos.

En la conclusión final no aparece el éxito. Sí, en cambio, mucha velocidad y calidad, pero poco control y puntería. Puede que de esos hablaran al final del encuentro, ya que al término del partido cada uno buscó cobijo en un rincón. El joven Aarón escuchando la charla de su padre, y el ex azulino intercambiando impresiones con los que un día fueron compañeros de vestuario.