El amigo Musharraf
Ese redondea el control completo de la situación político-institucional en Pakistán por el general Musharraf: el miércoles colgó el uniforme, ayer mañana juró como presidente civil y de paisano y horas después anunció que el estado de excepción será levantado el 16 de diciembre.
Actualizado: GuardarAsí las cosas, el dictador-benévolo, por utilizar la vieja terminología de los manuales antiguos, los que valían para catalogar al mexicano don Porfirio Díaz, por ejemplo, los medios dirán que el general cumplió las exigencias de las democracias, empezando por las de Washington: pero no será verdad del todo, porque se cerrará un ojo sobre la vergonzosa destitución de los magistrados del Tribunal Supremo que rehusaron validar todo el proceso.
Es verdad que el juez Chaudhry, crecido por el fracaso del presidente en echarle una primera vez en primavera, convertido en popular e instrumentalizado por la oposición entró en tromba en la pugna política y, de algún modo, asumió un papel que no le correspondía. Su segunda decisión de no legalizar las decisiones de Musharraf era muy grave porque invalidaba el proceso en su conjunto. Cuando Benazir Bhutto, líder de uno de los grandes partidos opositores, el Popular Paquistaní dijo que exigía la reposición de los jueces todo el plan se venía abajo pero mágicamente la exigencia desapareció de su programa de mínimos. Y lo mismo ocurre con el otro gran partido: la Liga Musulmana Paquistaní(N), de Nawaz Sharif, quien a cambio de una moderación de su conducta pudo volver del exilio, no ser procesado y poder concurrir a la elección. Encajadas todas las piezas, la situación quedó de nuevo bajo control de Musharraf para alivio de Washington. Como jefe de las fuerzas armadas queda el general Ashfak Kayani, hombre discreto y de la confianza de Musharraf y de Bhutto: él, antiguo asistente militar de ella cuando fue jefa de gobierno, negoció su vuelta al país, eje de toda la operación que ahora está concluyendo. El general ha sorteado la tormenta y la clase política y se diría que la gente ha actuado asumiendo que el ejército es la clave del país y que es imposible cambiar ese escenario. Pakistán eterno.