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Misión cumplida
Makiko Sakakura asiste todos los años al Festival de Jerez con un deseo: llevar artistas flamencos a Japón. Este año lo ha conseguido
Actualizado: GuardarEstuvo un año más en el Festival de Jerez y se llevó de vuelta a su tierra la idea más clara que nunca: «Quiero llevar a Japón a los buenos artistas flamencos». Esta sentencia fue el titular con el que LA VOZ encabezó la entrevista publicada el pasado mes de marzo a Makiko Sakakura, una enamorada del flamenco -alumna de los cursos de Angelita Gómez desde hace cuatro años- que ha podido hacer realidad su sueño gracias a que trabaja en producción de espectáculos en Tokio.
«Los conciertos serán los días 4, 5 y 7 de diciembre», asegura desde Japón con un castellano escrito tan correcto como el hablado. Los dos primeros días las actuaciones serán en el Hakuju Hall (en Shibuya) y el 7 en el Oji Hall (en Ginza), las dos salas en la ciudad de Tokio. Estarán los artistas «Arcángel, al cante, y Miguel Ángel Cortés, a la guitarra». Una apuesta arriesgada teniendo en cuenta que lo que más llama la atención en el país nipón es el baile: «El baile es más popular en Japón porque la mayoría aún no ha tenido oportunidad de comprobar lo bonito que es el cante o el toque flamenco», asegura.
«Hay mucha afición al flamenco en Japón pero la situación está cambiando. Por las dificultades de traer un artista de España -la subida del euro y la falta de información-, hoy las mismas japonesas están protagonizando los espectáculos de flamenco en Japón. La técnica es algo que se puede conseguir con esfuerzo pero, a mi parecer, el calor del arte flamenco es muy difícil de cultivar sólo entre los extranjeros», explica Makiko.«Creo que para los japoneses es necesario tener más oportunidades de conocer el flamenco auténtico de España en nuestro propio país y sin ninguna modificación porque creo que somos capaces de entender el arte auténtico», añade.
Para los conciertos programados para primeros de diciembre, «ya están vendidas el 80% de las entradas: «La sala de conciertos no es muy grande pero tiene prestigio», apuntó Makiko Sakakura. En los últimos años, esta afición al flamenco ha propiciado la apertura de muchas academias para aprender: «La mayoría de los aficionados lo son porque tocan o bailan pero yo quiero que sepan que, sin saber bailar o cantar, se puede saborear el flamenco».
Con estos tres conciertos, Makiko ha conseguido unir su trabajo -la producción de espectáculos- con su pasión -el flamenco: «Mucha gente me da las gracias por atreverme a hacer un concierto por el que nadie apostaba por la rentabilidad», admite esta jerezana-japonesa que manda «abrazos desde Tokio».
vmontero@lavozdigital.es