Casi todos contentos
CÁDIZ Actualizado: GuardarCon la Iglesia hemos topado. El acuerdo al que ha llegado la Junta y el Obispado sobre el uso del Oratorio para los actos del Bicentenario ha puesto de manifiesto, por un lado, la capacidad de resistencia de ambas partes, y por otro, la voluntad de ceder en beneficio de todos. Casi dos años se ha tirado Junta y el Obispado negociando el futuro de este edificio para el 2012 y ha sido en los dos últimos meses cuando se ha dejado de marear la perdiz. Estaba claro que sobre la mesa no podía primar la discusión política sobre la cultural. De hecho, el diálogo quedó roto tras el verano. Sin embargo, fue Luis Pizarro, a mediados de octubre quien dio la clave: «el Bicentenario no se entiende sin el Oratorio y la negociación sigue abierta».
El secretario regional de Organización del PSOE mandaba así un mensaje desde la Consejería de Presidencia, capitaneada por Gaspar Zarrías, a la vez presidente del Consorcio del 2012, en el que daba por sentado que los políticos no podían seguir interfiriendo la negociación y se dejaba en manos de otros expertos el debate. El Obispado situaba en primera línea al vicario de la Diócesis, Guillermo Domínguez Leonsegui, el negociador, y desde la Junta se dejaba la partida en manos de la gerente del Consorcio, María Luisa García Juárez. Ambas partes apartaban así a las figuras que estaban poniendo trabas a un acuerdo, solventado en un mes. El Oratorio no se desacraliza, como querían unos; en el acuerdo no entra ni el colegio ni el museo, como pidieron otros, y el edificio anexo se convierte en el centro de las celebraciones, como quería la mayoría. La iglesia obtiene tres millones de euros por el alquiler, que no cesión, para obras en su patrimonio. Queda por saber cómo se pagará y cual será el futuro del rector del Oratorio, el padre Manuel de la Puente, satisfecho, pero algo contrariado por el proceso.