El ex azulino paró al 'Pichichi' de Segunda
David Catalá consiguió detener las embestidas del isleño Yordi, que sólo pudo marcar desde los once metros
Actualizado: GuardarVolvía a la que fuera su casa hace tres temporadas. El catalán David Catalá saltaba ayer al césped del Municipal de Chapín en un encuentro especial, aunque desde que el colegiado dio el pitido inicial los sentimientos se quedaron en la caseta y el barcelonés tenía la tarea más dura: intentar parar las embestidas del pichichi azulino, Yordi.
El delantero isleño dejó los rumores sobre el interés del Recreativo de Huelva y volvió a luchar como un jabato en la línea de ataque, muy sólo desde la desgraciada lesión de Míchel.
Sin embargo, poco tardó en desequilibrarse la balanza a favor del delantero del Xerez. Raúl Gañán comete penalti sobre Momo y Yordi tiene la primera ocasión en sus botas. Desde los once metros el azulino es casi infalible y en el minuto tres de partido pone por delante al Deportivo materializando la pena máxima, su octavo gol en lo que llevamos de campeonato liguero.
Pero ahí quedó todo. Hasta ese momento, Catalá y Yordi apenas habían entrado en contacto y el duelo estaba aún por comenzar. Comenzó el Xerez a lanzar balones por alto para que el atacante hiciera lo que más sabe, luchar, y en esa especialidad también tiene el doctorado Catalá. Sin embargo, el ex azulino tuvo que emplearse a fondo para cubrir la banda diestra azulina, y Yordi empezó a tener un poco más de libertad bajo el marcaje de Pelegrín.
Iban pasando los minutos y la intensidad de un juego que cada vez se hacía más directo, pero también más indeciso. El delantero del Xerez dejó de recibir balones por alto, mientras que Catalá sólo tenía que impedir las tímidas acciones de ataque del Deportivo con más posición que reacción. Fruto de la relajación del Xerez llegaría la libertad para el catalán que incluso se prodigó un par de veces en acciones ofensivas.
Con el partido ya loco, Yordi dejó de recibir balones y sólo pudo peinar un centro poco medido de Marco Navas. Catalá, por su parte, esperó a que el Xerez olvidara el juego directo y terminó casi sin despeinarse la dura tarea de parar al pichichi de Segunda.