Cultura

Bailando con zombis

'Thriller', el disco y el videoclip con el que Jackson conquistó y aterrorizó a medio mundo, cumple 25 años

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En su viaje del negro al blanco hay una fecha señalada en rojo, la que supuso su coronación como rey del pop y que marca un antes y un después en la forma de concebir el negocio de la música y en la historia de los videoclips: el 1 de diciembre de 1982 Michael Jackson publica Thriller, un bombazo planetario con unas credenciales mareantes. Disco más vendido de la historia (más de cien millones de copias, una carrera que hoy continúa imparable con 60.000 por año sólo en Estados Unidos), obtuvo 58 discos de platino y 8 premios Grammy (de los 12 a los que estaba nominado) y permaneció durante 80 semanas en el top ten del Billboard 200 (lista publicada semanalmente con los álbumes más vendidos en los EE.UU.), 37 de ellas en el número uno.

Cuenta con una producción de lujo del mítico Quincy Jones -que ya había pulido el talento de Michael en su primer trabajo en solitario, Off the wall--, e incluye éxitos como The girl is mine (cantado a dúo con Paul McCartney), Billie Jean, Beat it, Wanna be startin' somethin, Human nature, P. Y. T. (Pretty Young Thing) y Thriller. Soul, funk y rock se funden en este álbum que convirtió a Michael Jackson, a sus 24 años, en un «fenómeno musical», según The New York Times.

«Fue el disco de la sorpresa», comenta Julio Ruiz, crítico musical y director del programa Disco Grande, de Radio 3. «Por sonido -Quincy Jones sabía lo que se hacía y, a la segunda, acertó de pleno-, por adelantado a su tiempo y porque Michael Jackson entraba por la puerta grande después de aquel intento de Off the wall, que apuntaba detalles, pero apenas amagaba, aunque canciones como Rock with you podrían haberse incluido en Thriller». «A principios de los 80 -continúa-, las últimas tecnologías ya estaban al alcance de los magos de los estudios de grabación. En esto también residió el secreto del éxito: rebajar lo justo el soul que Michael llevaba en las venas y mezclarlo con instrumentos, detalles, efectos de sonido, ruidos de puertas chirriantes...» «Aunque la canción que da nombre al álbum se llevó la palma por lo del corto -aquello no era un videoclip, sino una mini-película-, mi canción favorita es Billie Jean. Me gustó que volviera sobre ella, años más tarde, en Smooth Criminal», concluye.

Revolución del videoclip

Diciembre de 1983. Un año después de su lanzamiento, Thriller parece amortizado. Billie Jean -la obra maestra-, y el resto de los singles han sido pinchados millones de veces en las discotecas y emisoras de radio de todo el mundo. Entonces el álbum es reanimado como por arte de brujería por un vídeo musical de 14 minutos de duración dirigido por John Landis (Granujas a todo ritmo, Un hombre lobo americano en Londres), un corto de terror que contó con un presupuesto de 800.000 dólares -en su momento fue el más caro de la historia-, donde Michael ejecuta un baile marca de la casa con un grupo de zombis. Fue tal el impacto de su estreno que llegó a ser emitido dos veces por hora por la MTV, y el making off vendió 9 millones de copias (otra cifra récord). En España, su emisión fue anunciada a bombo y platillo por TVE, que no tardó en reponerlo. «El videoclip no era un género de gran repercusión en aquella época, al menos en nuestro país, pero Thriller supuso una revolución», explica Luis Cerveró, realizador de vídeos y profesor en la Escuela de Cine de Madrid, donde siempre pone a sus alumnos esa pieza paradigmática de Michael Jackson. «La imagen no está sólo al servicio de la música, sino que se pone al mismo nivel gracias a una larga introducción, a la remezcla de la canción y al desenlace, con esa risotada estremecedora de Vincent Price». El cantante le cogería gusto al asunto y volvería a contratar a directores de postín para sus próximos videoclips (Captain EO, firmado por Francis Ford Coppola; Bad, por Martin Scorsese...). Thriller puso en órbita al músico, pero también al personaje que, por desgracia para sus fans, terminó fagocitando al primero. Sus excentricidades, visitas al quirófano, matrimonios, acusaciones de pedofilia y pleitos judiciales deterioraron su imagen. Un Michael al borde de la cincuentena -nació el 29 de agosto de 1958 en Gary, Indiana-, ataviado al más puro estilo Willy Wonka en sus últimas fotografías (sin duda le encantaría reencarnarse en el personaje creado por Roald Dahl para su libro Charlie y la fábrica de chocolate), busca la redención, o la resucitación -como aquellos zombis bailones de los buenos tiempos-. En los mentideros se habla de nuevo álbum. Y del lanzamiento de una edición 25 aniversario de Thriller con temas inéditos.