La Casa Blanca recomienda a Erdogan una respuesta medida frente a las guerrillas kurdas
Washington ofrece una mayor presión en Irak contra el terrorismo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán
Actualizado: GuardarEn una jornada más bien sobrada de crisis internacionales que salpican al prestigio y los intereses de EE. UU., el presidente Bush recibió ayer en la Casa Blanca al primer ministro de Turquía en mitad de la espiral de tensiones planteadas por las incursiones terroristas lanzadas por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) desde el norte de Irak. El encuentro sirvió para articular el compromiso de Estados Unidos con su tradicional aliado, pero también para encajar un mensaje de respuesta militar medida frente a estas provocaciones para no complicar todavía más la situación en el frente iraquí.
Para demostrar cierta comprensión estratégica, Bush no dudó en calificar al Partido de los Trabajadores de Kurdistán como «enemigo de Estados Unidos», ofreciendo a Turquía la ayuda de sus servicios de inteligencia para atajar las incursiones que estos rebeldes lanzan desde su santuario en Irak. Según Bush, este movimiento guerrillero «es una organización terrorista» que perjudica los intereses de Turquía, EE. UU. y de «un Irak libre».
Ante la insistencia del primer ministro otomano, Recep Tayip Erdogan, de lograr medidas concretas, la Administración Bush habría autorizado contactos al máximo nivel entre las Fuerzas Armadas turcas y el Pentágono. Según reiteró el presidente, quiere «trabajar de forma estrecha para plantar cara a este problema».
Para defender sus opciones, Turquía anunció la semana pasada sanciones económicas e insistió en que una posible operación militar se concentrará únicamente en las bases de la guerrilla kurda y no será el equivalente a una invasión. La opinión pública turca considera responsable a Washington por no ejercer suficientes presiones sobre el Gobierno de Bagdad para limitar la beligerancia del Partido de los Trabajadores de Kurdistán. Recelos complicados por la denuncia en el Congreso de Estados Unidos contra las responsabilidades históricas del Imperio Otomano en el genocidio armenio.
Preguntas hipotéticas
Preguntado sobre cómo reaccionaría la Casa Blanca ante una ofensiva militar en toda regla de Turquía en territorio iraquí, Bush se limitó a indicar que no le gusta «responder a preguntas hipotéticas». Erdogan no confirmó esa posibilidad, pero recordó que cuenta con el respaldo de su Parlamento para una incursión transfronteriza contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán , organización que se ha cobrado 40 víctimas mortales durante los ataques contra objetivos en Turquía realizados durante las últimas semanas.
Desde su fundación en 1984, el PKK, en su empeño por conseguir un Estado independiente, ha acumulado casi 40.000 víctimas mortales. Para los kurdos en Irak, estos rebeldes no son más que una excusa de Turquía para amenazar su nivel de prosperidad e independencia obtenido tras el derrocamiento de Sadam Hussein.
Tras la ofensiva de las últimas semanas, se supone que las guerrillas kurdas han aplicado su tradicional táctica de abandonar sus posiciones fronterizas en anticipación del invierno. La mayoría de estas fuerzas se habrían separado y retornado a grandes ciudades y diversos puntos de Irak. Según el presidente Bush, «está bien especular sobre lo que puede o no puede pasar pero nada debería pasar hasta que tengamos buenas informaciones de inteligencia, ya que necesitamos saber dónde se esconden y que están haciendo».