ESPAÑA

Derribo de una de las vallas de seguridad

La manifestación, la segunda en 48 horas, ha sido convocada por el denominado Frente para la Liberación de Ceuta y Melilla. Cuenta con todos los permisos del Gobierno marroquí y su comunicado lo firman todos los partidos políticos.

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La jornada transcurre dentro de unos estrictos cauces de normalidad hasta que la multitud comienza, de forma sincronizada, a dirigirse a la primera verja de la frontera -siempre del lado marroquí-. Una docena de jóvenes se sube sobre ella y otros comienzan a empujarla. Llega más policía marroquí, incluso antidisturbios, pero sin hacer ostentación de ningún tipo de armamento o material para contener al gentío.

Retroceder

Los empujones siguen y una de las puertas de la valla cede. La algarabía es total. Los mandos policías dan, alguno de ellos de paisano, da un paso al frente y ordena que se restablezca la normalidad. Algunos empujones entre ambos bandos. Alguien coge un megáfono, tal vez un organizador, y pide calma. Tras unos cinco minutos de forcejeos, la multitud retrocede. Los cánticos continúan, aunque la hora del almuerzo se acerca. Los primeros autobuses comienzan a llegar. Toca guardar los cuadernos y las banderas. El objetivo se ha cumplido.