Cultura

La ironía política de Cristina Lucas y la ficción real de Tornero llegan a la Casa Pemán

La Obra Social de Cajasol inaugura hoy en la Casa Pemán una nueva muestra, en la que presentará los trabajos de dos de los autores que resultaron finalistas en la última edición de su Certamen de Artes Plásticas: Cristina Lucas y Miguel Ángel Tornero. Este Certamen bianual continúa con la Obra Social de Cajasol, que mantiene el intenso programa de apoyo al arte actual que desarrollaba la antigua Caja San Fernando. Su objetivo es el reconocimiento de la trayectoria de artistas andaluces, incluyendo la exposición de los finalistas, lo que lo convierte en uno de los escenarios más representativos de los nuevos lenguajes del arte contemporáneo andaluz.

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Las creaciones presentadas por Cristina Lucas y Miguel Ángel Tornero protagonizan esta exposición en Cádiz. La primera comenzó su trayectoria artística cuando dejó Úbeda, su pueblo natal, para estudiar en Madrid Bellas Artes. Miguel Ángel Tornero estudió en Granada, y desde su primera participación en una muestra colectiva en 2001 ha expuesto en un gran número de ciudades españolas, así como en Turín, Méjico D.F, París, Milán y Sao Paulo.

Prestigioso certamen

Cada año la gran calidad de los premiados eleva el prestigio del certamen, que se ha convertido en una importante plataforma para las propuestas de los artistas noveles. El jurado de la pasada edición estuvo integrado por Jimena Blázquez Abascal, directora de NMAC (Dehesa Montenmedio Arte Contemporáneo); Anna Guash Ferrer, profesora titular de Historia del Arte de la Universidad de Barcelona, crítica de El Cultural de ABC y directora editorial de Akal arte contemporáneo; y Rufino Criado Sualdea, pintor y director del Centro de Arte Caja de Burgos (CAB).

La animación es una de las muchas herramientas de las que se vale Cristina Lucas. Con anterioridad había realizado dos piezas en este medio y, para el Certamen de Cajasol, ha producido otras dos nuevas que comparten características formales con las anteriores, como la línea clara y el color acuarelado, junto a un enfoque político.

Lo real puede producir extrañeza, tal y como lo demuestran las fotografías, a menudo de formato panorámico, que Miguel Ángel Tornero construye a partir de un archivo personal. Las narraciones que en ellas se producen no son unívocas y sus posibles significados podrían variar en relación a un tiempo que se nos sustrae.