Farruquito coge puente
El bailaor abandona tres días la cárcel Sevilla II para disfrutar de su primer permiso penitenciario en la semana de Todos los Santos
Actualizado: GuardarSí Farruquito se unió esta semana a los miles de españoles que aprovecharon el puente de Todos los Santos para descansar de sus obligaciones y compartir unos días con la familia. El bailaor salió el martes de la cárcel Sevilla II gracias a la concesión de su primer permiso penitenciario, salidas que a las que tiene derecho desde septiembre al haber cumplido un tercio de su condena de tres años y medio. El bailaor, que entró preso el 16 de enero por el atropello mortal del peatón Benjamín Olalla, regresó a su celda el pasado viernes.
La propuesta de la Junta de Tratamiento de la cárcel para que se le concediera un permiso de tres días llegó el 29 de octubre al Juzgado de Vigilancia Penitencia de Sevilla, que dio el visto bueno a la solicitud después de contar, como es preceptivo, con el informe favorable de la Fiscalía. Farruquito eligió esta prisión por ser la más próxima a su domicilio. Durante estos primeros nueve meses ha colaborado en el funcionamiento de la cárcel y asiste a las clases de escolaridad, donde repasa lo aprendido de joven, según afirma su defensa.
El artista permanece ahora bajo el segundo grado penitenciario, el que se aplica a la mayoría de los presos y por el que tiene derecho a 36 días al año de permiso, 18 en cada semestre, para salir de la cárcel. La defensa del condenado todavía no ha solicitado el tercer grado o régimen abierto, por el que sólo tendría que acudir al centro penitenciario para pernoctar.
La sentencia de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial condenó a Farruquito a tres años de prisión por el atropello de Benjamín Olalla, que tuvo lugar el 30 de septiembre de 2003 frente al polideportivo San Pablo de Sevilla, cuando el bailaor conducía su coche BMW sin tener permiso de conducir ni seguro.
El fallo le impuso la pena de dos años de cárcel por un delito de homicidio imprudente junto a otro cometido contra la seguridad del tráfico, y le priva del permiso de conducir vehículos de motor y ciclomotores durante tres años y medio. Como indemnización, estableció 102.483 euros para la viuda de la víctima, María Ángeles Madero, y otros 8.275 euros para cada uno de los padres del fallecido. La sentencia también le condenó a un año de prisión por un delito de omisión del deber de socorro, más una multa de 12 meses con una cuota diaria de 100 euros. Además, se considera al artista autor por inducción de un delito de simulación de delito, por lo que se le impuso otra multa de 12 meses con la misma cuota.