Llegó la sentencia

a sentencia del 11-M ha venido a corroborar que el atentado fue perpetrado por el terrorismo radical islamista. De ETA, nada de nada. Después de haber sufrido durante más de tres años a los defensores de la teoría de la conspiración -los que decían que detrás de todo andaban miembros del aparato del Estado, que si el PSOE, que si la mochila, que si la Kangoo, que si la Orquesta Mondragón, que si el ácido bórico, que si hay que dar caña al sufrido y abnegado juez Del Olmo o a la fiscal Olga Sánchez, en fin, toda una paranoia conspirativa que escondía claros intereses políticos y, por qué no, pingües beneficios editoriales de los medios de comunicación que inspiraban y sustentaban todo ello, por fin nos llega la verdad a través de unos magistrados investidos para ello, que dictan una sentencia ejemplar y con todas las garantías procesales. El fin ha justificado los medios para esta derecha política, social, mediática y confesional: dar una patada en el culo del Gobierno y volver a ganar las elecciones.