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Naomi Klein, de la antiglobalización al azote neoliberal en su nuevo ensayo
'La doctrina del shock' es el nuevo libro de la popular autora de 'No logo', en el que condena los abusos del «capitalismo del desastre»
Actualizado: GuardarAl neoliberalismo y al capitalismo salvaje le gustan los desastres, de los que sabe sacar provecho. El estado de opinión que generan ataques terroristas como el 11-S y el 11-M o desastres como huracanes y tsunamis en las sociedades que los padecen, permite restringir libertades, privatizar sin cuento y obtener pingües beneficios borrando las necesarias fronteras entre gobierno y empresa privada. Así lo sostiene la periodista canadiense Naomi Klein (Montreal, 1970) que en su nuevo libro La doctrina del shock (Paidós) desmenuza y condena los abusos del capitalismo salvaje que ella bautiza como «capitalismo del desastre». «La mejor medicina para combatir estos abusos es la memoria» advierte.
Hace seis años Klein se apuntó un éxito clamoroso con No Logo, un ensayo en el que ponía en solfa a las grandes firmas transnacionales, su poder y sus prácticas globalizadoras, lo que le valió ser reconocida como una de las personas más influyentes del planeta. Un libro que acabó convertido en la Biblia de los antiglobalización con el paradójico efecto de convertir a Naomi Klein en una marca. Un efecto que la llevó a «retirarme de la escena y a investigar durante cuatro años los mecanismos de los neoliberales para hacer algo totalmente distinto».
Una mecánica perversa que analiza en su nuevo y voluminoso trabajo, subtitulado El auge del capitalismo del desastre. En sus casi 700 páginas, Klein se convierte en azote de neoliberales y capitalistas salvajes de todo el globo, en especial de los que auparon y sostienen a Bush en la Casa Blanca. Pero también de los sacan partido de guerras, dictaduras, golpes de Estado, catástrofes naturales o ataques terroristas, campo abonado para que se siembre una incertidumbre que se cosecha en forma de beneficio económico a través, por ejemplo, de privatizaciones de dudosa legalidad.
El economista Milton Friedman, líder de la archifamosa escuela de Chicago, es el ideólogo de la doctrina del shock y del capitalismo salvaje que no se para ante nada y que genera corrupción e impunidad para el poder económico. Fue quien aconsejó a los políticos aprovecharse de los momentos inmediatamente posteriores a las crisis para aplicar políticas impopulares antes de que la gente pudiera reaccionar.
Son situaciones propicias para abolir proteccionismos, desregular precios o restringir programas públicos de ayuda. Una situación que Klein rastrea en la Argentina y el Chile sometidos por la dictadura, la China y la Polonia de los ochenta, la Rusia postcomunista, la ex Yugoslavia y un buen puñado de países de África y Asia en los noventa. También en el Irak invadido por las tropas de la coalición, en la Nueva Orleans castigada por el Katrina o la California incendiada.
«La memoria colectiva es nuestra gran esperanza para resistir al pensamiento único» apunta Klein, que destaca la muy distinta reacción que hubo en EEUU ante el 11-S y en España ante el 11-M. «Los españoles conocen su historia, su pasado reciente, y reaccionaron con madurez, desconfiando de sus dirigentes en vez de utilizar el recurso infantil de escudarse en ellos, como ocurrió en Estados Unidos tras el 11-S». «En España, al contrario, el atentado del 11-M generó desconfianza hacia los políticos y llevó a la gente a concentrarse y a mostrarse unida ante los dirigentes. Todo lo contrario de lo que ocurrió en EE UU, donde Bush animó a irse de compras a la gente, una de las actividades más aislantes que se puede imaginar».