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Pide un deseo

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esde el jueves once el proyecto Allen Telescope Array ha comenzado a registrar las frecuencias de ondas del cosmos a la búsqueda de, dada la escasez que existe en la Tierra, vida inteligente fuera de ella. Entretanto, vivimos un veranillo regalado en el que no está muy claro si va a cerrar Los Italianos o el puesto de castañas de San Antonio, y ello invita (rebequita al hombro) a pasear la noche en esta época en que la ausencia de turistas permite ver las estrellas (no es que nos las tapen, es que con la iluminación de la playa lo más que se puede ver en el cielo son los mosquitos jugueteando en los focos, hecho este que carece de vis romántica). Ahora el cosmos se nos muestra desnudo en sus galaxias y podemos esbozar ese embobamiento en el que, pss, nuestro iris capta una fugaz llamarada estelar y decimos a nuestra parienta, «Cariño, pide un deseo». Antes se observaba más el cielo. Con decirle, cuando llegamos a América, los Mayas vestían un taparrabos, pero llevaban años mirando el cielo. ¿Quiere usted creer que con todos sus archiperres científicos la NASA ha medido la traslación de la Tierra alrededor del Sol en 365,2422 días y los Mayas los hicieron en 365,2420 días...? y a saber de quién es el error. Pero además establecieron que la traslación de nuestro sistema solar alrededor de la galaxia dura 25.624 años, cifra que es aceptada por la astronomía moderna. Ahora vivimos el Quinto Sol y aunque le pueda parecer jodido el calendario del Cádiz, más cabrón es el calendario Maya: el Quinto Sol acabará emitiendo una llamarada radiante que se cargará el sistema solar (sí, Tierra incluida), y justo termina su periodo en el 2012. Imagínese que mientras se va a tomar por culo el Allen Telescope capte del espacio exterior «Xxxssyy» (Cariño, pide un deseo). Hombre, básicamente lo cuento por si se quieren ahorrar el segundo puente.