Sudáfrica se proclama campeona ante Inglaterra
La Selección que se presentaba como favorita cumple con lo previsto y barre a la selección inglesa por 15-6
PARÍS Actualizado: GuardarSudáfrica ha conquistado por segunda vez en la historia el Mundial de rugby tras derrotar en la final a una Inglaterra que defendía el título y que se ha mostrado impotente para superar el mejor ataque de la competición (6-15). Los africanos han empatado con Australia, la única selección que hasta ahora contaba con dos copas Webb Ellis y ha entroncado directamente con el equipo que en 1995 se alzó con el título en su primera participación y en su propio país.
Los Springboks se han mostrado muy superiores en el duelo que se presentaba como el de la mejor defensa, la inglesa, contra el mejor ataque, el de una Sudáfrica que finalmente ha obtenido premio a su constancia. Una final sin ensayos, la segunda de la historia, se ha resuelto gracias a los golpes de penalización que ha conseguido Percy Montgomery, que ha hecho cuatro, con las que ha afianzado su condición de máximo anotador del Mundial con 105 puntos.
El sudafricano ha sabido sacar mejor partido del juego de su equipo que la estrella inglesa, Jonny Wilkinson, que se ha tenido que conformar con dos golpes de penalización y que no ha sido el hombre decisivo que ha llevado al quince de la rosa hasta la final y que había dado esperanzas a su público de poder llevar la copa a Londres como hiciera cuatro años antes frente a Australia.
Superioridad sudafricana
Su juego ha sido menos eficaz e impotente ante la superioridad sudafricana, que ha estado todo el encuentro por arriba en el marcador y ha sabido defender bien su renta. El que se ha quedado sin el premio añadido es Habana, que no ha marcado un ensayo que le hubiera convertido en el hombre que más lograba en un Mundial. Se ha quedado con ocho empatado con el neozelandés Jonah Lomu.
Sudáfrica ya había ganado a Inglaterra en este Mundial, en la primera fase y, con la final, suman ya cinco triunfos consecutivos contra los de la rosa. El partido ha comenzado con el guión opuesto al esperado. La mejor defensa, la inglesa, ha atacado al mejor ataque, el sudafricano, que ha demostrado que también sabe restar el juego de sus rivales. Poco a poco, los Springboks ha ido haciéndose con el control del partido, que ha ido basculando al terreno británico, más acorde con lo que se aguardaba de la final.
Montgomery y Wilkinson han intercambiado los primeros puntos, pero la superioridad sudafricana ha permitido al primero disponer de más opciones. El máximo anotador del Mundial ha logrado tres golpes de castigo en el primer tiempo por uno del héroe inglés. Tras una parte de juego muy física, Sudáfrica ha pisado el acelerador en busca del primer ensayo y ha obligado a los ingleses a mostrar todo el talento defensivo que les había llevado hasta la final. Una estrategia que ha vuelto a darles resultados, puesto que ha sido capaces de frenar el envite de los Springboks que, pese a todo, se han ido al descanso con una ventaja de 3-9.
Inglaterra lo ha intentado
Dominados a atacar, los defensivos ingleses se han aplicado una labor en la que no han destacado en este Mundial. Pero la ocasión lo merecía y una jugada de Tait ha permitido a Cueto plantar el balón en el área sudafricana, un ensayo que ha sido rechazado por el árbitro, con ayuda del vídeo, porque el inglés ha tocado con su pie la línea de banda en el momento en el que plantaba el balón.
Ahí pudo estar la clave del partido, porque los ingleses no han logrado marcar otro ensayo. Y eso que lo han intentado durante prácticamente todo el segundo tiempo. Wilkinson ha mermado la diferencia (6-9) pero ha sido Montgomery el que ha continuado aumentando la renta de los Springboks (6-12). Inglaterra estaba todavía a tiro de un ensayo que han buscado con ahínco pero sin éxito.
Steyn, el sudafricano encargado de lanzar las penalizaciones más lejanas, ha logrado tres puntos más que ponían la victoria al abrigo de un ensayo británico. Los de la rosa han acudidon a su arma más eficaz, el pie de Wilkinson, que ha intentado una patada como último recurso. Pero no era su noche, que ha quedado ensombrecida por la efectividad de Montgomery en una metáfora del golpe de Estado sudafricano a la jerarquía del rugby.