El Gobierno vasco y el alcalde de San Sebastián se enfrentan por la batalla campal
El Gobierno vasco y el Ayuntamiento de San Sebastián se enzarzaron en un cruce de descalificaciones tras los graves actos de violencia callejera del viernes. Desde el Consistorio se denunció la escasa respuesta policial ante la reiteración de estos hechos delictivos. El Gobierno vasco instó al alcalde, Odón Elorza, a no caer en «críticas baratas» en beneficio propio como hace el PP.
Actualizado: Guardar Los graves actos de 'kale borroka' (violencia callejera) protagonizados este viernes por grupos de encapuchados que arrasaron el centro de San Sebastián en protesta por la convocatoria de un acto de La Falange a favor de la unidad de España provocaron un agrio cruce de acusaciones entre el Gobierno vasco y Ayuntamiento donostiarra sobre la seguridad ciudadana en la capital guipuzcoana. La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, salió al paso de las acusaciones de falta de eficacia ante la «sucesión de actos fascistas» que dejan «indefensa» a la ciudad, formuladas por el alcalde, el socialista Elorza.
El gobernante donostiarra denunció el mismo viernes por la noche mediante un comunicado «la lamentable falta de eficacia» de la Ertzaintza porque era previsible una respuesta de la izquierda 'abertzale' a un acto de la ultraderecha en el centro de la ciudad.
Demagogia
Azkarate recordó a Elorza que fue el Tribunal Superior de Justicia de País Vasco y no el Ejecutivo autónomo el que no prohibió la concentración de La Falange que provocó la reacción airada de la izquierda 'abertzale'. La portavoz instó al alcalde a que «no siga por el camino de las críticas baratas demagógicas» porque con esta actitud «se está situando en la misma posición que tanta veces critican otros socialistas al PP cuando denuncian cómo está usando el terrorismo».
La consejera del Ejecutivo de Vitoria condenó los actos vandálicos e hizo un emplazamiento a Elorza: «señor alcalde, un poco de responsabilidad, un poco de madurez y un poco más de arrimar el hombro». Azkarate consideró que se trató de «un tipo de fascismo haciendo frente supuestamente o intentando evitar que viniera otro grupo falangista a manifestarse aquí»
Azkarate dijo que «la sociedad es perfectamente consciente de que cuando se quiere impedir que La Falange venga a manifestarse a las calles de Donosti» la mejor respuesta no es promover algaradas como la del viernes, que «sembraron el terror en las calles».