Opinion

La semana ¿grande? del Rey, de Fernando Jáuregui

Algunos periódicos destacaban en las últimas horas que esta semana que comienza el Rey y el presidente Zapatero estarán juntos en cuatro actos oficiales. Entre ellos, el del día de la Fiesta Nacional, que suscita aprensiones en algunos ambientes: se sabe que, a través de mensajes por los teléfonos móviles, algunos «grupúsculos» -así los llamó Zapatero en su inefable entrevista con Ana Rosa Quintana están convocando, en distintas comunidades, a hogueras con la efigie del Rey. Y se sabe también que las formaciones más cercanas al soberanismo, y me refiero sobre todo a Esquerra Republicana de Catalunya, preparan algunas movidas contra los actos que puedan organizar ayuntamientos y colectividades siguiendo la iniciativa de los jóvenes del PP, Nuevas Generaciones, de «salir a la calle» proclamando el orgullo de España.

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Tengo para mí que esta puede ser una semana algo incómoda para el sistema, pero pienso que tampoco conviene dramatizar, como han hecho y hacen algunos, bien representados por el ex presidente del Gobierno, José María Aznar.

Estuve recientemente en una charla demorada con gente que tiene responsabilidades sobre la imagen del Rey, y obtuve la impresión de que en La Zarzuela no están excesivamente preocupados ante esta deriva antimonárquica que ha poblado las portadas de los periódicos españoles desde hace más de un mes. Algo más de preocupación he detectado en La Moncloa, aunque Zapatero haya despachado con un «grupúsculos» a los cachorros de los socios del socialismo en Cataluña. Las encuestas de José Blanco, que empieza a convertirse en un experto en el tema, y las encuestas del propio sociólogo de La Moncloa, que es un buen amigo del presidente, dicen que ese pacto con Esquerra puede, en función de cómo se comporte el partido de Carod y Puigcercós, costar bastantes votos al PSOE en comunidades españolas que no sean Cataluña. Y ahora ya todo se mide en función de los votos ante las próximas, cada vez más próximas, elecciones generales.

Así que lo importante para Zapatero será recortar la actividad de estos grupúsculos a los que los mensajes procedentes de la oposición quieren identificar con aliados del Gobierno central. Y frenar la actividad de la kale borroka, lanzados ya todos, con el otrora benevolente juez Garzón a la cabeza, por la vía de la inflexibilidad por parte de las Fuerzas de Seguridad. Claro que soy partidario de las medidas policiales para los que vulneran la ley, y claro que me indigné, como tantos, ante la excesiva permisividad con la se actuaba contra formaciones ilegales. Pero tengo la sensación de que estas detenciones televisadas ordenadas por el juez estrella, me parece que más interpretando los vientos por los que discurre la opinión pública que siguiendo instrucciones del Gobierno, van a acabar haciendo que el tiro salga por la culata, y ojalá me equivoque.

¿Bastarán cuatro apariciones del jefe del Estado y el jefe del Gobierno en la misma foto para restañar las heridas que se van produciendo en la piel de la sociedad?¿Bastarán llamadas, como la muy respetable, pero peligrosa, de Nuevas Generaciones, a salir a la calle a proclamar el orgullo de ser españoles, para que este orgullo se afiance en la ciudadanía? ¿Bastarán los desfiles 'hispanistas' para devolvernos el viejo sentido del Estado que, en el fondo, casi nunca hemos tenido? No lo sé, nadie lo sabe. Pero me parece bien que se incremente la presencia del Rey -sobre todo, en su papel constitucional de jefe de las Fuerzas Armadas y me parece mejor aún que el jefe del Gobierno, como debe, y sin necesidad de estar todo el día reiterando su admiración por la Segunda República, esté junto al Rey en estas fechas de exaltación nacional que, en otros países, se encaran con un sentido altamente patriótico.