Alejandro Luque, editor y escritor. / L. V.
EL MAESTRO LIENDRE

Los muertos del gerundio

Acurrucadas entre columnas y sueltos, entre anuncios de consultas independentistas y lluvias de mierda caída del espacio, entre opiniones sobre el Cádiz que se cala y el enésimo party antimonárquico duermen cada semana las mejores noticias, esas que mezclan el tino de Ángel González con el idealismo de Bakunin. Algunas de esas joyas no necesitan comentario, ni matiz. El siguiente texto, fue remitido por la agencia Efe, el pasado martes 2, a las 15 horas exactas, a todos los medios españoles. Contenía 415 palabras, pero con la décima parte bastará: «El gobernador de Brasilia, José Roberto Arruda, ha prohibido en reuniones y documentos oficiales el uso de gerundios. El inicio de la polémica radica en un decreto regional conocido el lunes y firmado por Arruda, según el cual queda prohibido el uso de esa forma verbal porque la considera una disculpa para la ineficiencia en toda la administración pública de la capital brasileña. En la práctica, supone prohibir a los funcionarios de la administración regional expresiones como estamos trabajando en ello, estamos planificando o estamos estudiando, que según portavoces del gobernador son usadas como excusas para esconder todo tipo de incumplimientos, negligencias y retrasos». La ocurrencia, preñada de ironía, ha causado una bronca que implica a ministros, jueces, burócratas de todo pelo y, sobre todo, a escritores o lingüistas del gigantesco país.

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Más allá de fijar si se trata de memez o brillantez, resulta irresistible la tentación novelesca de imaginar al gobernador Arruda como regente de Cádiz, como responsable plenipotenciario de la Bahía. Es inevitable soñar con un traslado a esta tierra del perseguidor de las excusas verbales. Ojalá viniera, aunque fuera un trimestre, para ejercer en un despacho de techo alto, vistas a las Puertas de Tierra y mesa gigante. Qué gusto verle allí, más serio que un notario cornudo, recibiendo a distintos delegados del Ayuntamiento y la Junta, a los altos funcionarios, a responsables de Diputación y Gobierno, a delegados de empresas y sindicatos. Sería un placer verle aplicar aquí su veto a los gerundios.

El gran Arruda preguntaría:

-«¿Cómo va lo del segundo puente, debía estar abierto al tráfico desde 2005?».

-«Verá gobernador -dice con voz entrecortada la alcaldesa, la ministra, el ex ministro, Chaves o algunos de sus mil asesores- estamos aplicando el proyecto».

Entonces sonaría el primer grito atronador del brasileño:

-«¿No, no y no! ¿que no quiero gerundios, coño! . La única verdad es que no está construido, no está inaugurado, quiero realidades, quiero hechos, no gerundios, ni verbos conjugados en futuro. ¿Qué han hecho ustedes los últimos 25 años?».

A las pocas horas llegarían líderes del proletariado y la patronal. El gobernador les preguntaría:

-«¿Cómo es que ha crecido el paro hasta superar los 100.000 desempleados en la provincia si los astilleros tienen una carga de trabajo histórica, si Algeciras es una potencia portuaria como jamás fue, si las empresas turísticas, hasta los cruceros, nunca vivieron mayor esplendor en esta zona?».

-«Verá, señor Arruda, estamos tratando de establecer las causas estructurales de...»

-«¿Anda ya! -interrumpiría el brasileño-, que tratando, ni tratando. Cuando hay crisis en el sector naval, esa es la excusa. Luego Delphi; después la temporalidad. Lo que pasa es que hace décadas que la formación de la gente va por un lado y la oferta de empleo por otro, que no nos enteramos, que el problema es de base, educativo, de previsión».

-«¿Cómo es que aún quedan 120 fincas consideradas infravivienda, qué tal van Los Chinchorros, y la reutilización del Cementerio de San José, como van las obras del Carranza, y la Plaza Sevilla?», inquiere el revolucionario verbal suramericano.

-«Estamos trabajando en ello», le responderían cabizbajos.

-El gobenador estallaría: «¿Otro gerundio!, cómo que estamos trabajando. Soy brasileño, no gilipollas. Llevan diciendo eso más de cinco años, más de diez en algunos casos. Si estuvieran trabajando de veras, algunos de esos proyectos estarían terminados y no tendrían que utilizar el maldito gerundio».

-«Bueno -diría Arruda- lo del Mercado de Abastos sí estará listo, porque el proyecto de remodelación estaba a punto de arrancar hace diez años».

-«Estamos iniciando el derribo».

Encendido, como un gusiluz, todavía reuniría fuerzas para preguntar: «¿Sabemos ya por qué los servicios municipales de limpieza, seguridad y transporte son cada vez peores si cuestan cada vez más caros para los ciudadanos?».

-«Mire, señor Arruda, lo estamos estudiando, pero es difícil porque mucha gente está ensayando ya para el Carnaval, que este año llega antes que nunca, o planificando las elecciones que vienen ya, en marzo, y...»

Cuando el brasileño escuchara los tres gerundios tan seguidos (estudiando, ensayando, planificando...), notaría que le faltaba el aire por más que boqueaba para atraparlo. Intentaría quitarse el nudo de la corbata, pero ni a eso llegaría. Un cabezazo en la mesa la llenaría de grietas. Fulminado.

Los políticos y funcionarios que le matarían a excusas, ya habrían visto caer a decenas de voluntariosos como él, sacarían su cuerpo de noche y lo trasladarían a un modesto mausoleo con un epitafio sorprendente: «Aquí yacen los muertos del gerundio».



Arranca el otoño



El mundo manga, Ullate en el Falla, las galerías supervivientes con nueva oferta y, sobre todo, el Villamarta dando ejemplo de riesgo y variedad a toda la provincia. El otoño ha empezado. Los que dicen que nunca hay nada se quedan sin excusas. Los que no se conforman, ojalá que no se cansen.



Nacho y Alejandro



Los que gustan de bucear en los blogs paridos en la provincia tienen dos nuevas escalas recomendadas. Nacho Moreno Cuñat -padre junto a Paloma Puya de esa inquieta y original editorial portuense- ha creado dos muy distintos, pero tan amenos como maravillosamente escritos. Se trata de baradentro.blogspot.com y de cocinaparaimpostores.blogspot.com. Mejor que explicarlos, recomendar su visita. Hablando de amigos, Alejandro Luque, escritor y periodista gaditano, se ha hecho con otro premio, el de Jale de literatura de viajes gracias a su recurrente obsesión siciliana. El topicazo del tiempo y el sitio, que tanto falla, da algunas alegrías de tanto en tanto.



El 'Pichismo'



Lucas, el de Andy, ha debutado como colaborador de Buenafuente. Su primera intervención se apoyó en el tópico del localismo recalcitrante y premeditadamente gracioso (el denominado Pichismo). No es nada personal con el cantante pero a ver cuando los medios buscan más allá de lo de siempre. Habrá gente a la que le guste ese estilo, pero otros muchos gaditanos, sosos y siesos, tenemos derecho a decir que nos gustaría que, al menos esporádicamente, se diera otra imagen de ciudad y habitantes. La fundación de AGA (Asociación de Gaditanos Aburridos) se ha convertido en cuestión urgente.