El Sevilla recupera su fútbol alegre con una goleada al Slavia de Praga
Había perdido cuatro partidos consecutivos, algo que no le ocurría en siete años, pero el Sevilla no podía fallar en su estreno como local en la Champions. Liderado por un Kanouté genial y con un Keita omnipresente, cumplió el objetivo.
Actualizado: GuardarCon un equipo muy compensado, el Sevilla salió en búsqueda del Slavia, al que hay que agradecer que siempre intentase sacar la pelota jugada. No tenían continuidad los locales, pero sí chispazos letales. Sobre todo cuando Kanouté entraba en contacto con el balón. Controles mágicos, un caño soberbio en la banda derecha y un taconazo estratosférico que puso en bandeja el segundo gol a Luis Fabiano. Esta vez el Sevilla sí tuvo la fortuna de marcar pronto. Fue un regalo defensivo en la salida, convertido en obra de arte por Kanouté, que dribló al portero cerca de la banda y lanzó una rosca que apenas acompañó Luis Fabiano. Un anticipo de ese taconazo único, a modo de pase en profundidad, que dejó delante del portero al delantero brasileño. Una segunda diana que se dibujó poco después de que Pudil sorprendiera con un zapatazo que suponía el 1-1. En la reanudación hubo minutos de incertidumbre, ya que los checos se envalentonaban y el Sevilla no gobernaba. Pero el gol de Escudé, tras un córner, disipó cualquier duda y permitió a los locales jugar a placer hasta el final. Koné, de nuevo con la colaboración de Kanouté, puso la guinda.