Un agente le da el alto al piloto de una moto de agua sospechosa de traficar.
Un agente le da el alto al piloto de una moto de agua sospechosa de traficar. - la voz
provincia

Las motos de agua, así es el arriesgado método exprés para traficar en el Estrecho

En quince minutos estas embarcaciones cruzan la frontera entre Marruecos y España a toda velocidad para intentar no ser cazados

maría almagro
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Quince minutos bastan. En un cuarto de hora, un piloto sin demasiada experiencia es capaz de cruzar el Estrecho en moto de agua. Pasar de un continente a otro y desafiar a gran velocidad los embates de las olas aunque se pueda jugar la vida.

Son catorce los kilómetros que separan la frontera marroquí de la gaditana, una cercanía muy tentadora para aquellos que buscan hacer dinero rápido. Si, además, a esto se le añade la desesperación por escapar de la miseria y la peligrosa presencia de las mafias, el resultado es evidente. Las motos acuáticas se han convertido en los últimos años en el método exprés para el trafico ilegal de hachís e inmigrantes.

Los datos así lo reflejan.

Sólo durante el pasado mes de agosto la Guardia Civil detuvo quince pilotos que en estas embarcaciones pretendían colar en España inmigrantes de manera ilegal por la costa de Tarifa.

El método no es nuevo. Esta actividad ilícita se incrementa cada verano cuando con el buen tiempo estos traficantes se camuflan entre otras embarcaciones que navegan sin otro fin. Pero, lo que sí ha empezado a ser más novedoso es que el trayecto se haga ya con un doble propósito: transportar al inmigrante, y además, aprovechar el viaje para pasar hachís.

Ahora aprovechan el viaje para portar inmigrantes y hachís a la vez

El pasado 30 de agosto se informaba que en el marco del operativo especial de vigilancia costera gracias al trabajo de los agentes pertenecientes al Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), el Servicio Marítimo y las patrullas terrestres de la Compañía de Tarifa en sólo 72 horas interceptaron seis de estas motos de agua que había dejado en las proximidades de la costa a inmigrantes. Algunos de estos extranjeros fueron detenidos cuando intentaban huir ya a pie una vez en territorio español y llevados a la Comisaría de la Policía Nacional siguiendo el protocolo establecido.

Hasta cuatro 'pasajeros'

Según fuentes consultadas, los traficantes, en su mayoría jóvenes marroquíes, suelen transportar de dos a tres inmigrantes en cada moto, pero ha habido casos en los que la embarcación, de más capacidad, ha llegado a llevar hasta a cuatro tripulantes, lo que supone un riesgo mayor para los extranjeros a los que se les puede llegar a cobrar por el viaje hasta 4.000 euros por persona. Además del peligro que tiene el volcar en medio de la travesía al viajar en dichas condiciones, la inseguridad aumenta con el mal estado de la mar que en el Estrecho puede sorprender a cualquier navegante en minutos. Así, por ejemplo, en una de las últimas intervenciones los agentes tuvieron que rescatar a dos subsaharianos y a uno de los pilotos que se encontraban a la deriva en el agua.

Obligados a saltar

Pero si este viaje no fuera ya suficientemente peligroso, los traficantes a menudo obligan a saltar de las motos a los inmigrantes si avistan alguna patrulla y poder así darse la vuelta y huir de nuevo hacia Marruecos. Y lo hacen aunque se encuentren a millas aún de la costa y el extranjero no sepa en la mayoría de los casos nadar. En este caso, los guardias civiles se encuentran en la decisión de proceder al debido auxilio o iniciar la persecución del delincuente. «Además de para sacarles el dinero, utilizan al inmigrante como un seguro. Saben que si lo arrojan, les puede dar tiempo de escapar», afirman.

Cada vez de forma más habitual, los traficantes suelen transportar además de a los extranjeros, droga. Normalmente la trasladan adosadas a los laterales de las motos. Una moto de agua de un tamaño medio puede llevar por ejemplo cuatro fardos de unos 30 kilos. Así en un solo trayecto pueden colar en la costa española unos 120 kilos de hachís. Esta cantidad obviamente es menor que la que se puede trasladar en una lancha motora donde pueden fácilmente portar 2.500, 3.000 kilos de hachís. Además, se ha dado el caso de que han intentado introducir droga escondida en dobles fondos practicados en los chalecos e incluso en la propia ropa de los inmigrantes.

Rescate de un piloto caído al agua
Rescate de un piloto caído al agua

Obligados a saltar

En una intervención durante la última semana también de agosto, se detuvo a cuatro magrebíes a los que se les incautó 91 kilos de droga en sus motos de agua. Las dos actuaciones se produjeron cuando el SIVE detectó a dos de estas embarcaciones navegando a unas tres millas y media al sur de Tarifa. Tras dar aviso a las patrulleras del Servicio Marítimo de la zona, los guardias civiles dieron con los traficantes y comprobaron como llevaban dos bultos amarrados en los costados. El peligro llegó cuando en la persecución una de las motos en su huída embistió la embarcación de los agentes y tuvieron que ser rescatados al caer al mar. Sus chalecos salvavidas estaban ‘rellenos’ de tabletas de hachís.

En una persecución, el piloto intentó pasar por encima de la semirrígida

Una vez avistados, y si no hay ningún imprevisto, la persecución a estas motos es corta ya que la patrullera de la Guardia Civil es mucho más rápida. Pero a veces, estos jóvenes pilotos por su inexperiencia y falta de 'profesionalidad' en el narcotráfico no saben parar a tiempo, rendirse cuando ya está claro que está todo perdido.

Prueba de ello son algunas actitudes con las que estos 'novatos' a veces sorprenden a sus perseguidores. Ocurrió por ejemplo hace poco en una de las últimas operaciones cuando, de repente, el piloto de una de las motos, intentó nada menos que pasar por encima de la embarcación de la Guardia Civil hasta en dos ocasiones hasta que chocó contra ella y se acabó su ‘aventura’.

Ver los comentarios