opinión

Mueren por un 'megusta'

Jose Manuel Hesle
Actualizado: Guardar
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Yo no sé que les ven. Van por la calle y no saben ni por dónde andan. No miran a nadie. Se pasan el día colgados al dichoso teléfono; desde que se levantan hasta que se acuestan. El psicólogo del cole le ha dicho a mi nieta que no es bueno estar tanto tiempo delante de ese trasto. Sobre todo los niños. Antes veías tú a los chiquillos tonteando a esas edades en que todos lo hemos hecho. Hoy salen juntos pero cada uno está pendiente solo del iPhone, como le llaman. En las escaleras de la comunidad les ha dado ahora por amontonarse, que no se puede ni pasar, alrededor del teléfono nuevo que a la Noelia le regalaron por la comunión.

Dicen que están escuchando música y hablándose por privado. A saber. Los chiquillos y los no tan chiquillos, que ves tú a gente hecha y derecha en el autobús y hasta se les pasa la parada o sentados en los bares y parecen mudos. Nadie habla con nadie. Bueno hablar me refiero a como lo hemos hecho siempre, porque hacerlo si que lo hacen por el aparatito. Con que habilidad le dan a las teclas. Por lo visto por ahí lo cuentan todo y se enteran de todo. Escriben en el facebook, que no sé muy bien lo que es, tanto si están contentos, como si lo pasan mal. Felicitan a los hijos aunque los tengan al lado y pregonan que siguen queriendo a su gordito o a su chati tanto o más que el primer día. Publican a dónde van y de dónde vienen, y hasta lo que comen. Hay quienes cuelgan fotos para dar el tirito a sus ex o a quienes se alegran de todo lo malo que les pasa. Para que vean que no se han salido con la suya; vamos que ahora son hasta más felices que antes. Es como aquello de dientes, dientes pero con el teléfono. Y al grupo, porqué hay grupos de todo, de antiguos alumnos para recordar cómo eran antes de tener barriga, de madres del taichi dónde se cuentan lo inútiles que son casi todos los maridos, de los que se reúnen en la esquina de la peña o los que van a la playa al mismo sitio de todos los años para acordar quien lleva la tortilla y quién los pimientos. Al grupo dice, le falta tiempo para comentarles lo estupendas personas que son, que se merecen todo lo bueno que les viene o que pase lo pase siempre estarán con ellos. Y el día que no tienen muchas ganas de escribir pues les dan al me gusta y andando.

Dicen que una se siente muy bien si tiene muchos megustas y que entonces te animas a seguir poniendo cosas y a buscar nuevos amigos. Ahora comprendo yo lo que querían decir las madres en la puerta del colegio cuando comentaban aquello de pídeme amistad y te acepto. Claro, cuantos más amigos más megustas y cuantos más megustas parece que todo el mundo te quiere. Te sientes el centro del barrio y del mundo. Es como tener tu propio club de fans. El que no se consuela es porque no quiere. Ya entiendo lo de la maquinita a todas horas. Aunque por un lado lo entiendo, por otro no. Eso de contarlo todo es ponerse en boca de la gente y que cualquiera opine de tu vida y de tus cosas. Y ca uno es ca uno, como decía Marcelino, además de que ya se sabe que hay gente bien intencioná y otras pa echarles de come aparte. Pero parece que cuando alguien no va de frente lo puedes bloquear o eliminar y quedarte solo con aquellos que te entienden y te comentan lo que te agrada. Ves tú, eso es una ventaja. La necesidad de un megusta es tan fuerte que algunos cuando cuelgan algo hasta pasan lista y se fijan muy bien en lo que ponen los otros. Hoy por ti, mañana por mí. Es como si la madrastra de Blancanieves le preguntara al facebook en vez de al espejo, y siempre escuchara que es la más guapa y la más extraordinaria del reino. Por eso será que la gente muere por un megusta.

Acalorá por la retahíla y sin perder de vista a la pareja que, bajo la sombrilla vecina, cada uno con su móvil no han cruzado palabra en toda la mañana, Carmen exclama que ella no podría vivir siempre pendiente de lo que piensan los demás. Fíjate, hasta el alcalde nuevo ha puesto en el facebook que se ha comprado una corbata y una chaqueta. Y tó porque a algunos no les gustaba como vestía.