Un virus informático se camufla en la Agencia Tributaria para dañar ordenadores privados

Son frecuentes, cíclicos. Siempre están en renovación, de forma constante y sus inventores buscan la fórmula para confundir al usuario. Esta vez parece que lo han conseguido. Decenas de ciudadanos han confirmado a colectivos de defensa del consumidor en Cádiz, a las delegaciones provinciales de la Agencia Tributaria y la Tesorería General de la Seguridad Social que han sufrido daños en sus ordenadores o dispositivos móviles por un virus informático (llamado técnicamente ‘malware’) que se camufla como comunicación oficial de la administración.

Según todos los afectados, en los casos ya confirmados por estas entidades e instituciones públicas, los correos falsos aparecen en el buzón de entrada de los usuarios con el remitente de ‘agenciatributaria.es’ o ‘Seguridad Social’ lo que ya facilita que el receptor pueda ser engañado.

El contenido, en texto común, reclama el pago de una deuda por una factura pendiente con las arcas públicas. Como señal de alerta, los denunciantes y los organismos que corroboran la denuncia advierten de que el correo incluye algunas faltas de ortografía que pueden alertar a los receptores. Por ejemplo, en el texto se menciona que la deuda ha sido detectada por «nuestra systema» (SIC) y se refiere a España como «teritorio».

Estos correos adjuntan una supuesta factura en un fichero comprimido y cifrado (para que no lo detecte el antivirus que cada persona tenga instalado), con la contraseña en el propio correo. Si el receptor descarga y abre ese fichero comprimido, el virus se expande por el software del aparato y lo daña de forma severa.

La creación de este virus no tiene ninguna finalidad económica, no se trata de ninguna estafa. En ningún momento se solicita al receptor que introduzca clave alguna, que haga ningún tipo de movimiento en la pantalla, se trata de hacerle abrir el archivo y dañar ordenadores. Para evitarlo, tanto Agencia Tributaria como Seguridad Social recuerdan que «jamás» se dirigen por correo electrónico a ningún ciudadano para reclamarle ninguna deuda y que ese tipo de acciones se realizan siempre de forma presencial, con cita previa.