Iván Odero, esta mañana entrando en la Audiencia
Iván Odero, esta mañana entrando en la Audiencia - a. v
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El otro 'Niño' regresa al banquillo de los acusados

El narcotraficante de Sanlúcar, Iván Odero, en quien se inspiró la película de Monzón, se enfrenta a un nuevo juicio a partir de mañana en la Audiencia Provincial de Cádiz

s. tubio
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El otro 'Niño', el que alimentó con sus vivencias al personaje central de la película de Daniel Monzón, ha regresado la mañana de este viernes a Cádiz para sentarse en el banquillo de los acusados. Iván Odero, conocido como el rey de las planeadoras por su pericia en el manejo de las lanchas, se enfrenta a una acusación del Ministerio Fiscal de seis años y nueve meses de prisión.

La Audiencia Provincial ha fijado para este viernes el arranque de la vista oral, que no se retomará hasta el próximo mes de enero. El tribunal de la Sección Tercera ha reservado una jornada para que las defensas planteen las cuestiones previas. Expuestos los motivos, los magistrados suspenderán la sesión para deliberar.

Como suele ocurrir en este tipo de procedimientos contra bandas de narcos, los abogados de los acusados desplegarán toda una batería de recursos para intentar anular el juicio o en el peor de los casos para sus intereses, aplazarlo.

La mayoría de las vistas orales por delitos contra la salud pública siempre comienza con este juego procesal en el que los acusados buscan cualquier resquicio legal que les permita esquivar la Justicia en el último momento. Un argumento recurrente es la petición de anulación de una prueba básica en las investigaciones por narcotráfico: las intervenciones de los teléfonos de los implicados.

En 2011 fue detenido cuando trataba de huir a Marruecos

El rey de las planeadoras, como lo bautizaron al desafiar el reloj y las mareas del Estrecho con lanchas potentes cargadas de fardos, se encuentra recluido en la prisión de Ceuta desde 2011. Ese año fue detenido después de que intentara escapar de la Guardia Civil en la frontera con Gibraltar.

El pasado mes de septiembre se conocía la primera condena que le ha caído a este sanluqueño. La Audiencia Provincial lo sentenciaba a tres años y nueve meses de prisión por un alijo de 3,6 toneladas de hachís que introdujo por la denominada autopista de la droga (desembocadura del Guadalquivir) hasta tocar tierra en Trebujena.

Una de sus señas de identidad es su absoluto desprecio a la Justicia. Esa operación de droga que le ha valido la primera sentencia condenatoria, la realizó a los pocos meses de haber quedado en libertad con cargos. Su salida a la calle no estuvo exenta de polémica porque la dictó una jueza que acababa de llegar al juzgado. Sustituía a la instructora que había dirigido desde el inicio la investigación que sirvió para frenar al traficante en 2009.

La indignación fue mayúscula porque las pesquisas policiales habían descubierto que Odero seguía dirigiendo a su banda desde la cárcel. Y entre rejas había preparado el alijo de Trebujena. El narco sólo tuvo que pagar 15.000 euros de fianza para abandonar el centro penitenciario.

Los peores temores se cumplieron porque a los pocos meses se ejecutó esa entrada de droga y el sanluqueño fue declarado en busca y captura tras violar la libertad condicional.

La redada que le puso cara a Iván Odero

La historia en los periódicos de este otro niño comenzó a escribirse ese año 2009. La Guardia Civil lo detenía en un gran operativo policial ejecutado en su Sanlúcar natal. Esa redada puso cara a ese joven que había copado el negocio en la desembocadura del Guadalquivir y que parecía haber relevado a otros nombres propios del tráfico de hachís.

La investigación policial se denominó 'operación Q7' en recuerdo a uno de los vehículos de gama alta que le intervinieron a la familia de Iván Odero. Ésa es la investigación que finalmente será llevada a juicio en los próximos días y cinco años después de que se produjeran los arrestos.

La Fiscalía va a defender la imposición de una pena de prisión para el cabecilla de la organización de seis años y nueve meses. Junto a Odero, otras doce personas le acompañarán en el banquillo, entre ellas su pareja sentimental.

Según el escrito de calificación del Ministerio Público, Caridad M. V. tenía una participación activa en las actividades ilícitas de su pareja. Acataba sus órdenes y entre sus cometidos estaban la preparación de los trajes de neopreno que usaba el rey de las planeadoras para cruzar el Estrecho.

«Esconder efectos, transportar dinero, coordinador a otros miembros de la organización o informar de los cambios de terminales telefónicos», eran otras de sus funciones.

Caridad se aleja así del papel habitual que los narcos reservan a sus mujeres y madres. Ellas suelen formar parte del engranaje patrimonial que sirve para blanquear el dinero procedente del narcotráfico.

A su nombre se ponen propiedades, vehículos y toda propiedad que sirva para darle salida al dinero negro de la droga. Pero nunca participan en los alijos y se mantienen alejadas de la mercancía. Sin embargo, según la Fiscalía, la pareja sentimental de Iván formaba parte de la infraestructura humana que ponía en juego el sanluqueño cada vez que explotaba la costa gaditana para meter cargamentos de hachís.

Además de la pena de prisión, a Odero le reclaman parte de la fortuna que presuntamente amasó con el hachís: 11,8 millones de euros. La acusación pública sabe que rara vez los narcotraficantes abonan las multas; así que ha solicitado que se incremente la pena en caso de impago.

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