LIGA BBVA / JORNADA 31
Los fallos defensivos penalizan al Atlético ante un buen Málaga
Empate insuficiente (2-2) de los rojiblancos, con doblete de Griezmann, en su pretensión de afianzarse en el tercer puesto
Málaga y Atlético empataron en un partido que fue un ejercicio mutuo de demolición, con alternativas en el marcador como consecuencia de fallos defensivos y que siembra inquietud en el equipo rojiblanco, que no acaba de despegarse de sus rivales por el tercer puesto de la Liga.
[Así hemos contado el partido]
A Jesús Gámez lo recibió su antigua parroquia con pitos. El lateral de Fuengirola jugó nueve temporadas con el conjunto andaluz antes de dar el salto al Atlético, donde ha tenido que armarse de paciencia para atrapar su oportunidad. Ahora disfruta de la titularidad por su versatilidad como carrilero... y porque Simeone ha descubierto en él una habilidad explotable en las jugadas a balón parado. Gámez saca de banda con una potencia inusitada, es capaz de poner el balón en el corazón del área sin que le suba el pulso de sesenta. Y el Atlético ya saca réditos. Lo hizo la semana pasada en Córdoba –con gol de Saúl– y también ayer en Málaga, aunque esta vez con la colaboración necesaria de Kameni, manos de mantequilla. El fallo clamoroso del portero lo aprovechó Griezmann, un polvorilla con el don de la ubicuidad.
Caminaba el partido por una vereda anodina, sin nada reseñable salvo que dos jugadores del Atlético, Giménez y Miranda, comparecieron con el mismo número de camiseta, el 24 ( el central brasileño se hizo el lío y tuvo que irse a la banda a ponerse la suya, la 23). Y entonces llegó el saque de banda de Gámez, el descuido, el tanto y un poco de sal y pimienta. Al fútbol control del Atlético, con Koke a los mandos, respondió el Málaga con más ganas que acierto, pero como la tarde estaba para imprevistos llegó el empate a través de un córner y de otro error. Puso Recio en órbita el balón y Fernando Torres se equivocó de portería, rematando de cabeza para batir a Oblak. El delantero fue de menos a más, pero no tuvo tiempo para redimirse, pues fue el primer sacrificado por su entrenador.
Tras el combate nulo de la primera parte, el duelo fue cobrando altura, sobre todo por la irrupción de algunos jugadores inéditos hasta el momento. Arda realizó un eslalon entre piernas rivales sobre la cal del área, pero al final se quedó sin fuerzas y cayó. Torres probó a Kameni con un remate de cabeza y otro raso con el pie. La respuesta del Málaga no se hizo esperar, con varias arrancadas de Juanmi y de Amrabat. Boka, tras burlar a dos rivales sobre una baldosa, puso un centro muy peligroso sobre los dominios de Oblak, pero ningún compañero estuvo atento.
Con el partido roto, el gol podía caer de un lado o de otro cuanto alguien aprovechara un despiste del rival. Así lo hizo Samu García, sin vigilancia, que picó la pelota suavemente ante la salida de Oblak. El Málaga había conseguido remontar y el panorama se ensombreció para el Atlético, que en última instancia consiguió el empate gracias a Griezmann. Los jugadores blanquiazules reclamaron fuera de juego; aunque al límite, el delantero francés estaba en situación correcta.
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