Al servicio de la democracia
Los ejércitos son importantes en las sociedades libres y democráticas porque salvaguardan los valores de libertad y convivencia
El mundo real es peligroso. No todos los países son como España. A 14 kilómetros escasos de Tarifa, existe otro muy diferente al nuestro en muchos aspectos y sentidos. El yihadismo es una amenaza real y, en los próximos años, se producirán movimientos migratorios que, en algunos casos, traerán inestabilidad e inquietud profunda. No se trata de xenofobia, sino de recordar que el hombre es un lobo para el hombre. Por eso son tan importantes los ejércitos, sobre todo en las sociedades libres y democráticas. Porque salvaguardan tales valores de libertad y convivencia. Defienden la unidad de la nación y su integridad frente a agresiones externas y son los garantes últimos del cumplimiento de la Ley, hoy, por fortuna, emanada de un Parlamento. Aunque ella no lo argumentó así, probablemente sea esa la verdadera razón por la que los militares no le agradan a Ada Colau. La alcaldesa cree que, «si no te gustan las leyes, pueden incumplirse». Y no es verdad. Además de un delito, saltarse la norma es del todo antidemocrático.