Ingratitud

Ni siquiera en privado, Patxi López llegó a reconocer la generosidad de Antonio Basagoiti al permitirle ocupar Ajuria Enea en 2009

BIEITO RUBIDO

Patxi López ya es presidente del Congreso. Mucha gente se hartó ayer de recordar la ingratitud con que correspondió al PP durante su etapa de lendakari. Ni siquiera en privado llegó a reconocer la generosidad de Antonio Basagoiti al permitirle ocupar Ajuria Enea en 2009. No por ello los populares dejaron de intentar el impulso de aires de libertad en la sociedad vasca. El nuevo presidente del Parlamento todavía tiene tiempo de demostrar que el reproche no es tan cierto como algunos insistían este miércoles. El más desagradecido sigue siendo el que olvida el favor recibido, y a López lo contemplan por delante cuatro años, salvo que alguien se empeñe en lo contrario, al frente de una de las instituciones más importantes del Estado, donde reside la soberanía del pueblo. Llevar ese timón con equilibrio, humildad y sensatez es fundamental para responder a la pluralidad democrática de millones de votantes. No todos piensan como él. Ojalá al final de su mandato se pueda celebrar que su ingratitud se curó con la madurez política.

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