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Rodrigo Rato: el artífice de la salida a Bolsa de Bankia

Reconoció que la entidad necesitaba recursos para sanearse y, para acceder a ellos, el banco tuvo que fusionarse con diversas cajas de ahorros

Rodrigo Rato: el artífice de la salida a Bolsa de Bankia
JESÚS MARÍA RUÍZ DE ARRIAGA - @abceconomia - Madrid - Actualizado: Guardado en: Actualidad

Ni como vicepresidente económico del Gobierno, ni como director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) ni como presidente de Bankia. Rodrigo Rato, el artífice de la salida a Bolsa de Bankia, eludió cualquier responsabilidad en la crisis generada con posterioridad, que ha desembocado en un descalabro financiero y que se ha llevado el dinero de miles de ahorradores en nuestro país.

En el verano del año 2011, cuando Bankia salió a Bolsa, Rato aludió a la inflexibilidad del regulador bancario español a la hora de dilatar su salida. Reconoció que la entidad necesitaba recursos para sanearse y, para acceder a ellos, el banco tuvo que fusionarse con diversas cajas de ahorros para, justo después, como consecuencia de esta fusión, y al no tener el capital mínimo de capital exigido por la ley, verse obligados a salir a bolsa.

Rato defendió la salida a bolsa de Bankia y, una vez más, culpó el regulador del fracaso final del proceso: "El aumento de las provisiones nos llevaba a un escenario de pérdidas futuras que no teníamos en un primer momento", llegó a señalar Rato durante julio de 2011. Rodrigo Rato siempre ha dicho que su política al frente del grupo consistió en obtener recursos, aumentar provisiones y reducir oficinas y personal para sanear la entidad y hacerla más rentable y que la responsabilidad de la salida a Bolsa de Bankia era de los reguladores y del contexto económico por el que se estaba pasando.

Pero lo que nunca se reconocerá que podría haber realizado una mala praxis para conseguir que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) admitiera a cotización las acciones de Bankia, con el aval de su auditora, Deloitte. La CNMV admitió de manera extraordinaria la salida en bolsa a pesar de no poder presentar las cuentas de los tres ejercicios anteriores, todo ello gracias a los balances trimestrales provisionales de la entidad que contaban además con el aval de su auditora. Es decir, que la CNMV dejó que Bankia empezara a cotizar en el parqué bursátil a pesar de que el banco, de manera interesada (y vistos los malos resultados de las 7 cajas que la integraban) no aportara la información económica contenida en las cuentas anuales del grupo de los últimos tres ejercicios, sino únicamente la del primer trimestre de 2011.

La auditora no informó que Bankia no tenía capacidad de generar beneficios y, por tanto, de dar dividendo a los futuros inversores en acciones. Por eso, los accionistas de Bankia pueden hacer valer sus derechos ante la Justicia, ya que hay pruebas de que la salida a bolsa de Bankia se pudo realizar sobre la base de una información errónea, con el propósito de conseguir financiación para evitar su caída y no para financiar un crecimiento de proyectos futuros rentables para el banco y sus accionistas.

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